EFE
LOS ÁNGELES, EU.- La llegada de la expedición de Los Ángeles Lakers a su retorno del "infierno" del Palace de Auburn Hills, donde fueron barridos por los Pistons de Detroit en las finales de la Asociación Nacional de Basquetbol (NBA), generó toda una serie de interrogantes sobre el futuro de una dinastía que comenzó a desintegrarse.
La pérdida del segundo título de liga en las últimas dos temporadas después de haber ganado tres consecutivos ha dejado abierta todas las posibilidades para que el entrenador Phil Jackson, conocido como el "Zen Master", considere en serio la retirada y que el dúo formado por las súper estrellas Shaquille O'Neal y Kobe Bryant han llegado también a su final.
El que sí ha quedado herido de muerte ha sido el famoso sistema de ataque de "triángulo", inventado por el entrenador asistente Tex Winter, que permitió a los Bulls de Chicago ganar seis títulos de liga y tres a los Lakers.
La disfunción que los jugadores de los Lakers mostraron en el campo ante los Pistons fue sencillamente alarmante y poco esperanzadora para el futuro del equipo.
El gerente general de los Lakers, el discípulo preferido del legendario Jerry West, que dejó al equipo angelino para irse a reconstruir a los Grizzlies de Memphis, reconoció que tendría que trabajar muy duro de cara al futuro.
"No es el momento de hablar en público de lo que vamos a hacer de cara al futuro, pero no hay ninguna duda de que tendremos que tomar decisiones importantes", señaló Kupchak.
Entre ellas estarán como es lógico el futuro de Jackson, que finaliza este mes su contrato de cinco años y 30 millones de dólares y la continuidad de Bryant, que ya ha manifestado sus intenciones de utilizar la opción de entrar al mercado de los agentes libres con restricciones.
Por primera vez en su carrera profesional, Jackson, de 58 años, no sólo perdió unas finales de la NBA, que lo dejaron a las puertas del décimo título, la mejor marca de todos los tiempos, sino que además le costó cargar con marcas negativas históricas y con la imagen de no tener la capacidad de cuando menos poner orden técnico dentro del equipo en los momentos decisivos.
La imagen que dieron los Lakers en el quinto partido fue la de un equipo que no sabía lo que hacía en el campo, sin un líder definido, un sistema de juego establecido y dependiendo tan sólo de lo que pudiesen hacer O'Neal y Bryant, pero ambos por separado, sin estrategia de jugada.
La disfunción que mostraron los Lakers en el campo será el punto de reflexión de los directivos del equipo encabezado por el dueño, Jerry Buss y el vicepresidente, el legendario Magic Johnson, quien criticó con dureza públicamente la actitud y la manera como los jugadores habían respondido ante la lección de unidad y baloncesto de conjunto que mostraron en todo momento los Pistons.
Jackson esta vez no pudo hacer valer dotes de maestro de trabajar con la mente de los jugadores, incluidas las estrellas y no fue capaz de hacer entender a Bryant que debía pasar más el balón en lugar de lanzar tanto a la canasta.
Más frustrante fue el bajo rendimiento que sufrió el veterano base Gary Payton como cerebro y director del juego de los Lakers para dejar a O'Neal más solo que nunca en su papel de jugador dominador e imparable bajo los aros, pero que esta vez no fue suficiente ante tanta calidad, trabajo y consistencia de la defensa de los Pistons.
Payton, de 35 años, puede continuar la próxima temporada con los Lakers porque tiene firmado un contrato por 5.5 millones de dólares y después de lo que aportó en las finales no habrá muchos equipos en la NBA que quieran pagarle ese salario en función del rendimiento que dio.
Pero el problema será para los Lakers, porque Derek Fisher también es agente libre y se irá con toda seguridad a otro equipo sin que quede nadie de garantías en la posición de número uno.
Malone, también de 40 años, ya ha dicho que si no se recupera al cien por cien de su lesión de la rodilla derecha no jugará más como profesional.
Los que conocen las interioridades de los Lakers consideran que la continuidad de Jackson sólo será posible si O'Neal y Bryant deciden que también quieren seguir juntos.
Pero ahí es donde está la verdadera interrogante porque Bryant, aunque públicamente ha dicho que no le importaría seguir jugando bajo la dirección de Jackson y con O'Neal, a nivel privado se sabe que ha chocado abiertamente con la personalidad de su entrenador, al que no quiere ni como "amigo" parar ir a comer, ni como profesional.
Personas cercanas a Bryant, que de quedarse con los Lakers recibiría del club californiano un contrato por 140 millones de dólares y siete temporadas más, dijeron que el escolta tiene abierta todas las opciones, incluida la de irse con los vecinos de los Lakers, Los Ángeles Clippers.
Sin embargo, la clave del futuro deportivo de Bryant no depende de él mismo sino de lo que le depare el juicio el próximo mes de agosto que se seguirá en su contra por el cargo de haber violado presuntamente a una joven de 19 años el pasado 30 de junio en un hotel del área de Colorado, en el Condado de Eagle.
De ser encontrado culpable del cargo podría recibir una sentencia de entre cuatro años de cárcel a cadena perpetua ó 20 años de libertad condicional.
Tanto O'Neal como Bryant declararon nada más concluir el quinto partido que no podían responder la pregunta sobre su futuro aunque ambos reconocieron que no tenían ningún problema en continuar juntos.
Sin embargo, O'Neal fue el más directo cuando dijo que al final las decisiones de cada uno las harían en base a los intereses particulares y no pensando en lo que era mejor para el equipo o los compañeros.
Jackson también es consciente de esa realidad y por eso dijo rodeado de cuatro de sus cinco hijos, que no era el momento de hablar del futuro, pero existían muy pocas probabilidades para que volviese a entrenar la próxima temporada.
"Reconozco que conseguir el décimo título de liga era algo por lo que todos los jugadores me motivaron y lucharon y tal vez el haberlo perdido signifique que ha llegado el momento de la retirada", reconoció Jackson, que se mostró cansado y mayor, la misma imagen que dieron los Lakers de los "Cuatro Magníficos".
