Los trabajadores del volante no están capacitados para atender a los turistas. Nadie les ha dicho cómo, pero tampoco les interesa aprender, bajo el razonamiento de que a Durango ?casi no llegan turistas?. Pero lo que sí han aprendido es a timar a los visitantes, principalmente los taxistas exclusivos de la Central Camionera de la ciudad.
Anteriormente, en la temporada vacacional de diciembre del 2003, El Siglo de Durango había denunciado las irregularidades de algunos taxistas de los que se identifican con franjas rojas en el vehículo.
Sin embargo, de nueva cuenta, esta casa editorial tuvo conocimiento de las quejas de algunos turistas que llegaron a la ciudad capital en los transportes de ruta federal de la Central Camionera de Durango, para pasar aquí la Semana Santa y parte de la semana de Pascua.
Ahí, tomaron un taxi para trasladarse al Hotel Roma en el que se hospedaban. Pero, lejos de recibir un mejor servicio por tratarse de turistas, los choferes de las unidades abusaron del poco conocimiento de esta gente en asuntos como las tarifas y las distancias.
?En otras ciudades tú sabes que los pasajes son caros porque son de alta atracción de turistas y mucha de la gente trae dólares. Pero ya hemos venido a Durango algunas veces, la última hace como tres años, y aquí sí se queda uno con mal sabor de boca por el pésimo servicio y el alto costo de los traslados en taxi?, expuso el señor Enrique Vázquez, quien llegó procedente de Morelos.
Como el caso suyo y de sus familiares, en la central de taxis de la Camionera abundan los casos de prácticas abusivas por parte de los trabajadores del volante.
En la ocasión anterior que había denunciado este problema El Siglo de Durango, el gerente de la Camionera local, Rogelio Valdez, se comprometió a actuar si los usuarios inconformes hacían la denuncia concreta del número de vehículo, el día y la hora aproximada en la que se suscitó el motivo de la queja.
A la familia de Enrique Vázquez no le quedaron muchas ganas de volver a esta ciudad el próximo año. Dijo que han usado taxi para varios traslados y en la mayoría de los casos fue la misma historia: les cobraron de más y los trataron mal.
?Nos llevaron a dar un rodeadero para ir a distancias tan cerca que pudimos haber ido a pie; pero, claro, primero le preguntamos al taxista si sabía de otros lugares a los que pudiéramos ir a conocer, y nada. Además, nos trataron con despotismo... a lo mejor por eso mucha gente ya no vuelve a Durango, ¿verdad??, aseguró, inconforme, el señor Enrique.
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Otro caso
El caso de Juan Cháidez Romero es similar. Él llegó del estado de Chihuahua para pasar unos días con sus familiares en la ciudad de Durango, y luego ir con otros conocidos y parientes al municipio de Nombre de Dios.
?Me subí a un taxi de los de color rojo, de esos que están en la Camionera... la verdad ni me di cuenta de cuál era el número económico del vehículo, ni le pregunté su nombre al chofer.
?El caso es que iba yo a la colonia Emiliano Zapata... Pero hasta que llegué mis familiares me dijeron que era mucho lo que me había cobrado el taxista, que porque la colonia estaba muy cerca de la Central. Ni modo. ¡Cuarenta pesos! Como si fuera una ciudad turística donde todo se cobra en dólares?, se quejó.
