EFE
BAGDAD, IRAK.- Tropas iraquíes y de EU comenzaron ayer el registro casa por casa en la conflictiva ciudad occidental de Ramadi, mientras a última hora una relativa calma imperaba en Bagdad tras una jornada de violencia que costó la vida al menos a veinte personas.
Entre los fallecidos hay cuatro policías iraquíes y un soldado estadounidense, que perdieron la vida en dos ataques de los insurgentes en los barrios de Al Azamiya y Al Karrada, en el Oeste y el centro de la capital.
Según el mando militar estadounidense, otros nueve soldados norteamericanos resultaron heridos en el ataque en Karrada, donde hombres armados tendieron una emboscada y abrieron fuego, “con diferentes tipos de armas”, contra una patrulla de los uniformados.
Asimismo, tres agentes iraquíes murieron cuando una bomba hizo explosión al paso de su convoy en Al Amiriya, ataque que fue seguido por un tiroteo en el que fallecieron al menos siete insurgentes, según fuentes policiales y testigos.
En la céntrica calle Sadun un atentado suicida con coche bomba, que aparentemente tenía como blanco una patrulla de la Guardia Nacional iraquí, causó la muerte de un iraquí y heridas a otros dos, añadieron las fuentes.
En barrios como Al Dura, Al Ghazaliya y Yihad, así como en la calle Haifa y la carretera que une el centro de la capital con el aeropuerto de Bagdad, también se informó de varios ataques con explosivos, pero se desconoce hasta el momento si hubo víctimas.
En Al Qadisiya, en el oeste de la capital, supuestos insurgentes asesinaron ayer a tiros a tres funcionarios del Ministerio de Obras Públicas, entre ellos la consejera del departamento, Amal Abdel Hamid.
Los atentados en Bagdad, especialmente los de Azamiya, fueron reivindicados, en un comunicado en una página de Internet, por la Organización de Al Qaeda para la Guerra Santa en Mesopotamia -antes conocida como Monoteísmo y Guerra Santa-, liderada por el terrorista jordano Abu Musab al Zarqawi.
Este grupo es el más sanguinario de los que actúa en Irak, donde ha perpetrado en los últimos meses una cadena de atentados con coche bomba que ha dejado cientos de muertos y de heridos.
Además, se le responsabiliza del secuestro y asesinato de varios rehenes extranjeros.
Los militares iraquíes y norteamericanos sospechaban que Al Zarqawi se escondía en Fallujah, al Oeste de Bagdad y bastión de la resistencia suní, pero una vez que han tomado el control del núcleo urbano, el terrorista jordano continúa en paradero desconocido.
Ante esta situación y con el fin de allanar el camino para celebrar a tiempo las elecciones en Irak, previstas para el 27 de enero, las fuerzas de seguridad iraquíes y las tropas de EU han acelerado su campaña contra los insurgentes en todo el frente suní.
Ayer mismo comenzaron el registro casa por casa en algunos barrios del Sur de Ramadi, a unos 100 kilómetros de la capital, mientras pedían con altavoces que la población “colabore para detener a los terroristas”.
Según testigos, las fuerzas establecieron puestos de control en todas la entradas y salidas de Ramadi, especialmente alrededor de los áreas donde se han registrado los enfrentamientos de los últimos días con grupos insurgentes.
Esta medida ha dado a entender que la Guardia Nacional y las tropas estadounidenses se preparan para lanzar una amplia operación de peinado en la ciudad, similar a la que realizan en Mosul, a unos 400 kilómetros al Norte de Bagdad.
En esa ciudad norteña, las tropas mataron a 15 supuestos insurgentes y detuvieron a otros 25 en redadas realizadas el viernes contra una mezquita y un café, según informaron ayer fuentes militares estadounidenses.