16 de marzo de 2004.
MEXICO, D.F., (SUN-AEE).- El jefe de gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, aceptó que su popularidad se desplomó con los videoescándalos, pero se carcajeó porque no le han quitado ni una sola pluma a su gallo.
Durante su conferencia matutina, insistió sobre el presunto complot que se instrumentó en su contra desde el Gobierno Federal y criticó que se utilicen los aparatos del Estado para combatir a un adversario. "Ya me van a dejar trabajar, porque ahora sí se desplomó mi popularidad", señaló.
Un reportero le exigió hablar con claridad porque ya hay un acuerdo nacional que promueve la Corriente Nueva Izquierda, para lanzar su candidatura presidencial.
López Obrador tomó en sus manos un folleto que llevaba la leyenda "Impulsemos a Andrés Manuel al 2006". Directo, dijo que va a seguir trabajando en beneficio de la ciudad.
Sobre los videoescándalos, señaló que cuenta con las suficientes pruebas para demostrar que atrás de los videoescándalos hay un complot en su contra, y atrás de ellos están el senador del Partido Acción Nacional (PAN), Diego Fernández de Cevallos, y el ex presidente Carlos Salinas de Gortari.
Por otra parte, señaló que desconocía la decisión de los integrantes del Consejo de Seguimiento a la Transparencia de las Finanzas Públicas del Distrito Federal, de disolverlo, pero aclaró que los videoescándalos no afectaron su relación con algunos empresarios.
Ayer, varios integrantes de este organismo informaron que habían decidido dar por concluida su tarea en el Consejo, ya que su participación no era relevante.
López Obrador pidió tiempo para revisar la notificación que le envió desde el jueves pasado este grupo de ciudadanos. Sin embargo, aclaró que no se va a pelear con nadie.
Este consejo fue creado el 21 de diciembre del 2001 y está integrado por Rubén Aguilar Monteverde, reconocido filántropo; Juan Antonio Pérez Simón, el segundo hombre más importante del grupo Carso, muy cercano a Carlos Slim; los ex secretarios Fernando Solana y David Ibarra.
Además, María Luisa Barrera de Serna, Germán Dehesa, Carmen Aristégui, Javier Solórzano y Miguel Angel Granados Chapa.
"Voy a ver la comunicación, no he tenido comunicación con ellos y no les estoy diciendo mentiras", destacó al insistir que no sabía sobre la disolución del consejo.
Sin embargo, se comprometió a tener comunicación con Ricardo García Sáenz, quien es el enlace del gobierno con los integrantes de este ex consejo.
Constituido por el mismo López Obrador, el 21 de diciembre de 2001, a través del Bando Informativo Número 15, este Consejo tenía la tarea de hacer propuestas para evitar la corrupción al interior del gobierno capitalino.
Sus integrantes, según lo señalan, se reunían una vez por mes con funcionarios que tenían áreas con "focos rojos" de corrupción, entre ellos, estuvo Gustavo Ponce, ex secretario de Finanzas capitalino.
Miguel Angel Granados Chapa confirmó la disolución del Consejo, mientras Ricardo García Sáenz, quien era el "puente" con el gobierno, dijo desconocer lo anterior.