Con sus debidas reservas, consideran que incrementos en contratos pueden llegar hasta los cinco puntos.
Iván Soto Hernández | El Siglo de Durango
El empresariado local aceptó con reservas el incremento salarial del 4.6 por ciento determinado por la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (CNSM).
Los patrones duranguenses esperaban que el aumento a la mínima percepción de los trabajadores sería de 3.5 a cuatro puntos porcentuales, cuando mucho. Sin embargo, no descartan llegar a cinco puntos de incremento como límite máximo.
Los presidentes de los sectores hotelero y restaurantero de Durango, Martín Gamboa Silva y Francisco Javier Toulet Salas, respectivamente, afirmaron que la situación económica de las empresas duranguenses ha sido complicada de tres años a la fecha, al grado de que la gran mayoría de los establecimientos han cerrado los últimos ejercicios fiscales sin utilidades.
Aun así, confiaron en que cerca del 98 por ciento de las revisiones contractuales y salariales de principios del año entrante se ajustarán conforme a la inflación proyectada por el Banco de México y, por ende, de acuerdo con el decreto de la Comisión de Salarios Mínimos del país.
Ambos empresarios, en entrevistas por separado, advirtieron que el sector productivo de la entidad difícilmente podrá dar más un aumento salarial mayor al aprobado por la instancia federal para la Zona Económica “C”, en la que se ubica el estado de Durango.
Martín Gamboa, presidente de la Asociación de Hoteles y Moteles en la entidad, dejó claro que las empresas locales operan en niveles de sobrevivencia, por lo cual puntualizó que no podrán otorgar el próximo año un ajuste mayor al indicado por la CNSM.
Lo anterior, aclaró, debido a que un mayor aumento implicaría riesgos inflacionarios y, sobre todo, pondría en apuros a las empresas frente al peligro de tener que reducir las fuentes de empleo para soportar la carga de obligaciones.
“Seguimos haciendo un gran esfuerzo para mantener la planta de empleos con una pesada cadena de impuestos y obligaciones por pagar a tiempo, como las cuotas al IMSS, Infonavit y SAR; el pago de impuestos fiscales y lo más oneroso que es la nómina”, acotó Gamboa al ser entrevistado en su oficina del Hotel Plaza Vizcaya.
Agregó que si se busca el control inflacionario y no caer en espirales económicas que redundan de manera negativa en el trabajador y en la economía local, es necesario que se tome en cuenta la referencia del 4.6 por ciento de aumento salarial.
RECESO
No se levanta la gastronomía
La industria restaurantera de Durango espera cerrar el año con un saldo positivo nominal de 3.5 por ciento; sin embargo, en términos reales el cierre es negativo pues en el 2002 y 2003 el decremento de las ventas fue de menos siete y menos cuatro por ciento, respectivamente.
Así lo dio a conocer el presidente de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y de Alimentos Condimentados de Durango (Canirac), Francisco Javier Toulet Salas, quien aclaró que este decrecimiento no se revierte con el ajuste favorable que registra el gremio en el 2004.
En ese sentido, Toulet Salas manifestó que la economía duranguense no podrá mejorar mientras dependa de la reactivación económica del sector gubernamental, de ahí que argumentó que un incremento salarial mayor al 4.6 determinado por la Comisión Nacional de Salarios Mínimos sería perjudicial y de alto impacto negativo para la industria.
