AP
BAGDAD, IRAK.- El nuevo Gobierno interino de Irak ha logrado convencer a nueve partidos políticos que desmantelen sus milicias, a fin de asegurar el control del estado tres semanas antes del retorno de la soberanía, dijo ayer el primer ministro.
Entre las nueve milicias no figura la más poderosa, la del clérigo shiita Muqtada al Sadr, que lidera una insurrección en varias ciudades desde abril.
Al anunciar el acuerdo, el primer ministro Iyad Alaui dijo que grupos armados que no participen en el acuerdo serán considerados ilegales. Indicó que los 100 mil integrantes de las milicias retornarán a la vida civil y recibirán pensiones estatales o pasarán a integrar la policía o el ejército.
“La finalización de esas negociaciones” permitirá “establecer el imperio de la Ley, colocar todas las fuerzas armadas bajo el control estatal y fortalecer la seguridad de Irak”, dijo Alaui en un comunicado.
Ninguna de las nueve milicias se han enfrentado al Gobierno o a las tropas invasoras. La mayoría son controladas por movimientos políticos representados en el Gobierno, que el 30 de junio asumirá el poder de la coalición encabezada por Estados Unidos.
El Ejército Mahdi de al Sadr no firmó el pacto. Sin embargo, un acuerdo con dirigentes shiitas para frenar la violencia parece estar funcionando en la ciudad sagrada de Nayaf y en su gemela de Kufa.
Entre tanto, la milicia de al Sadr culpó a fuerzas estadounidenses por una explosión en un complejo de la mezquita de Kufa, aunque el comando militar de Estados Unidos aseguró no tener soldados en la zona. Alguien disparó contra policías iraquíes mientras intentaban acercarse a fin de ofrecer ayuda, dijeron funcionarios estadounidenses.
Ayer en la tarde, varias ambulancias se acercaron al sitio y se pidió a la gente que donara sangre para los heridos. Miembros del Ejército Mahdi se congregaron ayer a las puertas de la mezquita, algunos armados con fusiles, e impidieron a los periodistas acercarse.
En el hospital Furat al-Awsat de Kufa, Mohamed Abdul-Kadhim, un enfermero, dijo que nueve personas fueron llevadas con heridas causadas por explosiones. Entre los heridos había milicianos y civiles, señaló.
Riad Moussa, un miliciano que había estado durmiendo en el complejo de la mezquita de Kufa, dijo que escuchó “el silbido de un misil” y un ruido sordo cuando un proyectil se estrelló en la zona de almacenamiento.
“Estoy seguro que fueron los estadounidenses”, dijo. “No tenemos otros enemigos”.