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Aceptar la diversidad, el reto

MARÍA ELENA HOLGUÍN

DÍA MUNDIAL DE LA TOLERANCIA| LA SOCIEDAD MEXICANA REGISTRA UN AVANCE LENTO

Homosexuales e indígenas entre los grupos más vulnerados.

EL SIGLO DE TORREÓN

TORREÓN, COAH.- Como sociedad, los mexicanos apenas empezamos a trabajar en la expresión de algunas ideas relacionadas con la tolerancia, pero falta mucho por hacer para que algunas de éstas puedan llevarse a la práctica en la realidad cotidiana.

Para Víctor Manuel Cabrera Morelos, vicepresidente de Ciudadanía Lagunera por los Derechos Humanos, Asociación Civil (Ciladhac), aún no existen los suficientes líderes, directivos o estructura del poder que permita aceptar la tolerancia como un trabajo pleno en la realidad actual.

?Se puede considerar que estamos en la transición y la discusión, proceso en el que todavía hay que realizar una labor de convencimiento; espero que sigamos trabajando y presionando para que seamos una sociedad mucho más tolerante, en aspectos que nos lleven a la trascendencia y al desarrollo, pero intolerantes con aquéllos que pongan en peligro este crecimiento?.

Refirió que tolerancia no es sinónimo de aguantar o soportar, sino dar entrada a la diversidad, permitir armonizarse con esa diversidad, lo cual implica una gran variedad de situaciones, personas e instituciones.

Es reconocer a los grupos de homosexuales, indígenas, enfermos, personas con capacidades diferentes; a quienes piensan distinto en lo religioso y tienen otra visión sobre la vida.

En la medida en que la persona recibe educación y se involucra en el respeto a los Derechos Humanos, a la vez, paradójicamente, se vuelve más intolerante contra aquellas actitudes negativas como la humillación, el maltrato y que atentan contra la dignidad, porque los principios de estos Derechos Humanos debiesen formar parte de todos los seres humanos, para convivir de manera pacífica.

A su consideración, cada vez está más claro el hecho de que, desde la visión o esencia del hombre, se deben respetar los Derechos Humanos y todo lo que de éstos se derive, como la libertad, la ideología, la forma de vivir, pensar y actuar.

Explicó que el concepto de la tolerancia se aplica en dos grandes ámbitos, el estrictamente individual y social.

En el primero de los casos, está estrechamente relacionado con la libertad de pensar, actuar y decidir las cosas muy personales e íntimas; en la relación con los demás, la única limitante es la repercusión en los demás que pueden llegar a tener estas ideas y acciones.

A nivel familiar, las actitudes autoritarias no son tolerantes; generalmente en este círculo hay un alto grado de tolerancia porque no se acepta la autonomía, la que no tiene ninguna relación con el rompimiento entre las personas, sino el que los individuos sean capaces y responsables de la toma de decisiones, sin imposiciones o credos de por medio.

Esto, indicó Cabrera Morelos, también conlleva una responsabilidad, la de enfrentar las consecuencias de asumir tal o cual posición ante los demás, ?como quien reconoce ante quienes le rodean sus preferencias sexuales distintas, debe tener mucho valor civil para enfrentar lo que venga?.

La autonomía es algo que en cierta forma genera temor, de ahí que en la legislación mexicana aún no se haya querido dar la aprobación para la autonomía indígena, un concepto que desde luego generaría intolerancia si se aplica por la visión tan distinta que tienen estos grupos o comunidades acerca de la vida.

?Creemos que todos estos valores occidentales con los que hemos crecido y fuimos educados, como el ir a la escuela o el tener una casa propia, son absolutos y mostramos intolerancia ante la visión de la vida que tienen los indígenas... es una muestra de intolerancia el no permitir que otros individuos puedan planear, decidir de manera autónoma con una visión distinta a la nuestra?, manifestó.

Lo importante, al decir del vicepresidente de Ciladhac, no es el conflicto en sí, sino la forma de resolverlo, de manera que sea sin violencia, sin imposiciones ni autoritarismos, sino tratando de llegar a consensos, lo cual es complejo cuando los problemas están al nivel de los valores y principios fundamentales de las personas.

Cuando no se aprende a ser tolerante, se conduce básicamente a la discriminación, hecho que se refleja con los homosexuales, indígenas o practicantes de diversas religiones.

?La práctica de la tolerancia nos puede llevar a círculos virtuosos, porque se logra la cooperación, la pluralidad y una resolución no violenta de los conflictos, una buena comunicación y empatía para convivir con la diversidad, además de que seamos solidarios no como el dar cosas a los demás, sino vivir la experiencia, buena o mala, con otro ser humano, acompañarlo y actuar en conjunto con él?.

Por desgracia, indicó, en nuestra educación se promueve la intolerancia, con el argumento del respeto a la Ley o al Estado de Derecho, a pesar de que estos sistemas no han sido creados por la gente, sino por un grupo minoritario que tiene el poder en sus manos.

Existen algunos grupos que han generado propuestas interesantes de educación para la paz, algunas de las cuales ya están en práctica para que desde niños, los ciudadanos aprendan a ser tolerante y resolver conflictos en los que exista una ganancia para todos.

Sin embargo, estas propuestas aún no han logrado permear en su totalidad a la educación formal del país.

Base de los Derechos Humanos

David Omar Sifuentes Bocardo, segundo visitador de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Coahuila, expuso que tanto la dignidad como la tolerancia, son las bases en que se sustentan los principios de los Derechos Humanos.

La tolerancia, dijo, se entiende como el aceptar que hay personas diferentes a nosotros y con las que es necesario convivir en paz.

Según expuso, el extremo de la tolerancia es el fanatismo, hecho que se muestra de una manera particular en el aspecto religioso con los musulmanes, quienes consideran enemigos a todos los que difieren en sus creencias y están dispuestos a matar por ello.

En cierta forma, la intolerancia se produce porque cada persona tiene una identidad, de tal forma que lo que resulte distinto a ésta genera rechazo; el problema es cuando se tiende a asociar esa identidad con la verdad absoluta.

A través de las pláticas y cursos de capacitación que el organismo público imparte a niños y servidores públicos, se aborda el tema de la tolerancia, pues éste al igual que la dignidad, no se puede desvincular de todos estos aspectos.

Sin embargo, lo que se hace no es suficiente para promover entre los ciudadanos todos estos valores tan importantes para arraigar la cultura de los Derechos Humanos, de manera que aún falta mucho por hacer.

En este aspecto, lo que se busca es multiplicar el conocimiento y las ideas acerca de las bases de los Derechos Humanos, a través de la difusión que los propios alumnos de las escuelas en las que se trabaja, hacen con sus compañeros mediante las clases que ellos mismos organizan y en las que se percibe también un mayor apoyo y vinculación de los padres de familia.

?Como sociedad mexicana hay progresos, pues hasta hace 40 ó 50 años las comunidades gay, por ejemplo, eran impensables; no hay que olvidar que las sociedades tienen su propia identidad?.

Eslabón de la democracia

Los mexicanos se caracterizan por una cultura que raya en la intolerancia, pues la forma en que hemos sido educados como sociedad, no permite participar, involucrarnos en aspectos que puedan afectarnos, refirió el sociólogo, Lerins Varela Castro.

?Como sociedad, no hemos logrado tener bien definida la tolerancia como un elemento indispensable para la convivencia, lo que implica no sólo aceptar la pluralidad, sino reconocer que los demás pueden tener la razón?.

Varela Castro manifestó que como característica particular, los mexicanos mostramos intolerancia ante quienes practican una religión distinta a la nuestra o militan en otros partidos políticos, lo cual se lleva a distintos niveles de la vida.

Cuando se hacen referencias a la democracia se enfatiza en la tolerancia, pero no se ha logrado entender que ésta constituye un eslabón ?y si no somos tolerantes, no somos demócratas?.

Lerins Varela consideró que la intolerancia se refleja desde el ámbito familiar cuando surge la violencia, lo cual se debe a que no se entiende el papel de la mujer.

?Creemos que a ella le corresponde el papel que la pareja le está asignando, que no tiene necesidades o que si las tiene, éstas dependen de las mías, son aspectos que chocan porque el hombre asegura que las cosas deben ser en función de lo que él concibe para sí y los demás, sin respetar las necesidades de éstos?.

Como sociedad, los laguneros muestran este aspecto en los diferentes estratos socioeconómicos, pero a consideración de Lerins Varela, es mucho más acentuado en los niveles económicamente altos.

La Declaración

Como un llamamiento al mundo acerca de los peligros de la intolerancia, los Estados decidieron establecer la Declaración de Principios sobre la Tolerancia, durante la 28 reunión de la Conferencia General de los Estados de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), que se celebró el 16 de noviembre de 1995.

La intolerancia está asociada a la violencia, la guerra, el terrorismo, la xenofobia, los extremos nacionalistas, el racismo, la exclusión, la marginación, el antisemitismo, la discriminación a las minorías, trabajadores migrantes, grupos vulnerables y los delitos conocidos como de lesa humanidad, según la información que aparece en el sitio de Internet de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

Durante dicha reunión, los Estados establecieron que la tolerancia consiste en el respeto, la aceptación y el aprecio de la rica diversidad de culturas de nuestro mundo.

No es lo mismo que conceder o condescender, sino que es una actitud de reconocimiento de los Derechos Humanos universales y las libertades fundamentales de los demás, pues sustenta el pluralismo, la democracia y el Estado de Derecho.

En la actualidad, la tolerancia se manifiesta como un principio clave y una condición necesaria para la paz en los individuos, entre los pueblos, entre los Estados y como un elemento promotor de la cultura de la paz y el respeto a los Derechos Humanos.

La promoción de la tolerancia abarca el ámbito religioso, diversidad ecológica y humana, entre otros aspectos, además de que tiene un matiz activo que tiende a la solidaridad y se constituye como un compromiso social.

Por otra parte, en una declaración del secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Kofi Anan, con motivo de la observancia del día en el año 2002, declaró que ?como muchas actitudes irracionales, la intolerancia tiene sus raíces en el miedo: miedo a lo desconocido, a lo diferente, a los otros. La causa de estos temores es la ignorancia y la falta de educación, un potente caldo de cultivo de prejuicio, odio y discriminación?.

Según la CNDH, el desarrollo de la tolerancia y la confianza en las diversas comunidades no se logra de la noche a la mañana, puesto que se requiere de tiempo y esfuerzos; no sólo es un principio moral sino una necesidad política y jurídica para los individuos, grupos y Estados.

CONMEMORACIÓN

Este martes se conmemora el Día Internacional para la Tolerancia, sobre lo cual caben algunas definiciones.

· La tolerancia no significa soportar o aguantar; es una actitud, una capacidad, la aptitud o postura de convivir pacífica, respetuosa y armoniosamente con otros individuos o instituciones que tengan otros valores, costumbres, ideas religiosas, políticas o visiones de vida.

· No se nace con tolerancia, sino que ésta se aprende, se forma y se desarrolla.

· La tolerancia implica aceptar otras formas de ser, pensar y vivir; en forma simple significa aceptar la diversidad.

· La práctica real y profunda de la tolerancia lleva a una intolerancia contra aspectos nefastos para el desarrollo de los seres humanos, tales como la humillación, la injusticia, la explotación, la violencia o el autoritarismo.

· La intolerancia lleva a la discriminación, la cual genera marginación, violencia y humillación.

· La práctica de la tolerancia lleva a círculos virtuosos de desarrollo y trascendencia.

· El diálogo constructivo, la conclusión de consensos y la convivencia solidaria, son aptitudes valiosas que se pueden aprender basándose en la práctica y reflexión sobre la tolerancia.

FUENTE: Víctor Manuel Cabrera Morelos, vicepresidente de Ciladhac

MUESTRAS

Dentro de los ejemplos prácticos de las implicaciones de la tolerancia figuran:

· La discriminación de migrantes, indígenas, homosexuales, ancianos, personas con capacidades diferentes, enfermos de Sida, etc., surge por la intolerancia y la incapacidad a controlar de manera constructiva los impulsos naturales de agresividad (miedo, temor, inseguridad.)

· La agresividad nace por diferentes impulsos naturales e instintivos de carácter afectivo, los que si no se canalizan apropiadamente se pueden convertir en violencia o expresiones destructivas para el mismo individuo y para otros.

· Canalizando y desarrollando habilidades en la tolerancia, se puede llegar a ser colaborador y agresivo, buscando que haya ganadores en todos los participantes.

· La cultura de la competencia es una forma de motivar que está sustentada en el manejo del poder y enriquecimiento egoísta; es un estilo agresivo pero no cooperador, sino la búsqueda de factores individuales.

FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón

PENDIENTE

?Aunque hay cambios sustanciales en la sociedad mexicana en los últimos 40 ó 50 años, todavía falta mucho por hacer?.

David Omar Sifuentes Bocardo,

Segundo visitador de la CDHEC

ESLABÓN

?La tolerancia es un eslabón de la democracia... cómo podemos exigir ésta si no somos tolerantes?.

Lerins Varela Castro,

Sociólogo

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