AGENCIAS
CARACAS, VENEZUELA.- Las fuerzas armadas de Venezuela, una de las columnas del Gobierno de tono izquierdista del presidente Hugo Chávez, aceptarán su derrota si es revocado en un referendo en agosto, dijo ayer un jefe militar.
Y es que el Gobierno “revolucionario” de Venezuela está socavando la independencia del máximo tribunal del país para ponerlo bajo su control de cara a un referendo contra el presidente Hugo Chávez en agosto, advirtió el jueves la organización de derechos humanos Human Rights Watch.
El director para las Américas de la organización con sede en Washington, José Miguel Vivanco, afirmó que una nueva Ley del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) aprobada recientemente debilita el sistema judicial y podría servir para presionar a los jueces a que tomen decisiones favorables al Gobierno.
“Creemos que la democracia venezolana se encuentra en grave riesgo”, dijo Vivanco en una conferencia de prensa.
Chávez y sus aliados en la Asamblea Nacional “están manipulando el sistema de justicia para favorecer sus propios intereses”, agregó Vivanco ofreció sus declaraciones tras presentar un informe sobre la situación del poder judicial en Venezuela.
El papel político de los militares venezolanos en la autoproclamada “revolución” de Chávez a favor de los pobres ha generado temor sobre un posible malestar en los cuarteles si el militar retirado pierde el cargo en la consulta del 15 de agosto.
“Independentemente de quien sea al primer magistrado nacional, hay suficiente convicción en el seno del Ejército y de las Fuerzas Armadas de ser respetuoso de la Constitución y de las leyes” dijo el comandante de esa rama, el general Raúl Baduel, al finalizar una conferencia de prensa.
“Tengo la convicción plena de que el pueblo venezolano puede tener esta tranquilidad”, agregó.
Baduel, cuyos críticos señalan de ser leal a Chávez, comanda la más poderosa de las cuatro ramas de las fuerzas armadas venezolanas y hasta hace poco fue el jefe de la base militar de Maracay, clave para la defensa de Caracas.
Después de ser elegido en 1998, Chávez incrementó la participación de los militares en sus campañas sociales para mejorar la distribución de la riqueza petrolera del quinto exportador mundial de crudo.
Los adversarios de Chávez lo acusan de politizar a la institución militar al igual que hizo el Gobierno comunista de su aliado, el presidente cubano Fidel Castro. Ellos describen a Chávez como un autoritario cuya vehemente retórica ha sembrado el odio entre clases sociales.
Los soldados son con frecuencia usados para ayudar a vender alimentos en los mercados populares que monta el Gobierno y también apoyar otros programas sociales gubernamentales para construir viviendas o proyectos educativos.
Tras sobrevivir a un golpe militar hace dos años, Chávez purgó a las fuerzas armadas de opositores y ha designado a varios leales ex compañeros de armas en puestos clave o como candidatos en las venideras elecciones regionales en septiembre.
El referendo es la más reciente batalla política de Chávez, quien además de sobrevivir al golpe de abril de 2002, enfrentó meses de protestas así como un paro entre diciembre de 2002 y enero de 2003 que redujo los ingresos petroleros del Gobierno.
El Mandatario, quien alcanzó la fama tras encabezar un intento de golpe en 1992, ha dicho que ganará el referendo y ha aumentado el gasto en programas de salud y educación a través del uso de la prosperidad que le han significado al país los actuales altos precios del crudo.
La oposición espera ganarle a Chávez porque dicen que él no ha cumplido con sus promesas para aliviar la pobreza y enfrentar la corrupción. La mayoría de las encuestas muestran que Chávez podría perder la elección, pero él dice que están sesgadas.