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CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Juan Pablo II dijo ayer a los obispos de Estados Unidos, donde la Iglesia ha estado involucrada en escándalos por abusos sexuales, que hay que “limpiar” los seminarios para que los futuros sacerdotes respeten las reglas eclesiásticas.
En un discurso ante un grupo de obispos que visita Roma, el pontífice de 83 años dijo que los candidatos al sacerdocio tenían que comprender bien que debían respetar el celibato.
“Como padre espiritual y hermano de sus sacerdotes, el obispo debería hacer todo lo que está en su poder para alentarlos (a los seminaristas) a mantener fidelidad a su vocación y a las exigencias de llevar una vida que valga el llamado que han recibido”, afirmó.
Los obispos fueron en gran medida responsables del escándalo que golpeó a la iglesia estadounidense en 2002, cuando se descubrió que muchos de ellos trasladaron de iglesia a sacerdotes en vez de destituirlos por haber abusado de menores.
La iglesia católica estadounidense ha pagado casi 700 millones de dólares en indemnización a las víctimas de abusos, entre éstos unos 85 millones abonados por la Arquidiócesis de Boston, donde el escándalo atrapó titulares por primera vez hace dos años.
El pontífice dijo que los obispos tenían que mantener un diálogo con sacerdotes y seminaristas y corregirlos si fuera necesario.
Los candidatos al sacerdocio deben aceptar una “vida de celibato (...) como expresión de compromiso radical de seguir a Cristo”, subrayó.
En dos estudios divulgados en febrero, más de 10,600 personas de Estados Unidos dijeron que sufrieron abusos sexuales cuando eran menores por parte de sacerdotes desde 1950. En estos estuvieron involucrados al menos el cuatro por ciento del clero católico.
La mayoría de las víctimas eran del sexo masculino, fundamentalmente de entre 11 y 14 años de edad. Los abusos iban desde sexo oral hasta relaciones sexuales con penetración.
El pontífice dijo que los seminaristas tenían que ser mejor supervisados. Los obispos tienen que “asegurar que los seminarios formen personalidades maduras y equilibradas, hombres capaces de establecer relaciones humanas y pastorales sólidas”.