EFE
SANTIAGO DE CHILE.- Un día después de que la Corte Suprema de Chile le despojó de su fuero como ex gobernante, Augusto Pinochet acudió ayer al hospital militar de Santiago, escoltado por personal del Ejército, para un control de rutina.
El general retirado Guillermo Garín, portavoz del ex dictador, indicó que Pinochet fue custodiado por personal militar con ropa de civil para no causar alarma y evitar el acoso de la prensa.
“Se trató de un control médico previsto antes de que se conociera el fallo de la Corte”, explicó el vocero, quien agregó que el octogenario ex gobernante de facto fue “informado en forma muy escueta” de la resolución del máximo tribunal que le privó el jueves de su inmunidad.
Garín dijo que la reacción de Pinochet “fue serena y no hubo visiblemente una reacción de conmoción. Creo que entiende sólo en parte lo que pasa”.
La Corte Suprema despojó a Pinochet de su inmunidad como ex jefe de Estado, en una resolución dividida, que abrió el camino para juzgarle por su responsabilidad en los crímenes de la “Operación Cóndor”, un sistema de represión coordinado entre las dictaduras militares que imperaron en el Cono Sur americano.
El tribunal desechó los argumentos de la defensa del ex dictador, de 88 años, de que su salud física y mental no le permitía afrontar un juicio con las garantías de un debido proceso.
De esta manera, el general retirado, a quien el máximo tribunal había sobreseído en 2002 por “demencia vascular irreversible”, debe enfrentarse otra vez al juez especial Guzmán, a cargo de la causa por los crímenes de la “Operación Cóndor”.
El magistrado procesó a Pinochet hace tres años, cuando le mantuvo detenido en su hogar durante 42 días como presunto encubridor de los 75 crímenes cometidos en 1973 por una comitiva militar conocida como “Caravana de la muerte”.
Pinochet eludió ese proceso porque la Corte Suprema consideró que padecía una demencia incurable, pero ahora el mismo tribunal abrió la puerta para su enjuiciamiento por las crímenes perpetrados en su régimen y por ser presuntamente el ideólogo de la “Operación Cóndor”.
El anciano también es investigado por otro juez especial, Sergio Muñoz, por delitos de “fraude, malversación de fondos públicos y cohecho”.
Esa causa se abrió en Chile después de que un subcomité del Senado de los Estados Unidos estableciera que Pinochet acumuló entre cuatro y ocho millones de dólares en cuentas corrientes en el Riggs Bank, entre 1994 y 2002, depósitos en los que también figura su esposa, Lucía Hiriart.
En el marco de esa investigación, un abogado entregó ayer al juez Muñoz antecedentes sobre un presunto fraude millonario de las Fuerzas Armadas al Estado.
El abogado Juan Enrique Prieto indicó que en esas operaciones irregulares Pinochet habría jugado un rol importante. Los documentos fueron recopilados en una querella presentada en julio de 1998 que no prosperó.