EL SIGLO DE TORREÓN
GÓMEZ PALACIO, DGO.- Caminan a paso lento por los pasillos de la parroquia Santa María de Guadalupe. Se persignan y fijan su vista en la imagen de la Virgen antes de recibir la imposición de la ceniza.
Con el Miércoles de Ceniza, la oración y el ayuno, inicia formalmente la Cuaresma. Al respecto el párroco, Herminio Talavera Cárdenas, señala que esta celebración tiene su origen en un contexto bíblico y es símbolo de lo que se destruye, de lo que ya no vale, de lo que se desintegra.
Ayer miles de personas acudieron a la imposición de la ceniza a la parroquia Santa María de Guadalupe: “Desde siempre en el contexto bíblico se utiliza la ceniza con este sentido penitencial, en nuestra Iglesia se tiene cuenta que desde el siglo IV se celebra y marca el inicio de la Cuaresma con 40 días como preparación para recibir el misterio pascual, es decir, la pasión, la muerte y la resurrección de Jesucristo”.
Con estas acciones externas se le dice a Dios que los seres humanos están dispuestos a quitar de su vida aquello que ya no vale y que se destruye.
“Concretamente lo que es la presencia del pecado, es un tiempo especial para meditar la Sagrada Escritura y descubrir el maravilloso proyecto que Dios tiene sobre nosotros”.
A través del descubrimiento de ese proyecto se debe analizar la realidad y poder constatar que muchas veces la presencia del pecado lleva al ser humano al egoísmo. La Cuaresma es propicia para acercarse a las personas que se han ofendido y sobre todo para ayudar a quienes lo necesitan.
“Es época de convivir, de fraternidad, compartir con los demás lo que somos y lo que tenemos, ése es el sentido del ayuno, no sólo privarnos de un alimento sino que al hacerlo sentir que podemos compartir con otros”.
Desgraciadamente, dice, no todas las personas conocen el significado del Miércoles de Ceniza, pues aunque muchas acuden a la imposición por lo que representa, también están quienes lo hacen sólo por tradición porque piensan que de una manera “mágica” desaparece la presencia del mal en su vida.
“Sí es necesario que el cristiano-católico reciba una instrucción, una catequesis sobre este sentido, la imposición de la ceniza es solamente una señal externa de algo interno que todos queremos lograr para corregir nuestro camino y meternos a la penitencia durante estos 40 días y celebrar con Cristo su muerte y la muerte del pecado, celebrar también su resurrección, resucitando cada uno de nosotros a una vida nueva”.
Respecto a las frases de las Sagradas Escrituras: “arrepiéntete y cree en el Evangelio” “polvo eres y en polvo te convertirás”, el sacerdote señala que desde el Concilio Vaticano Segundo la Iglesia ha adoptado esas palabras.
“Para nosotros los cristianos-católicos es importante vivir siempre a la luz de la novedad de nuestro bautismo y del mensaje del Evangelio de Jesús porque es lo que a nosotros nos ofrece la oportunidad del arrepentimiento y de la conversión”.
Miles de personas acudieron a la parroquia de Santa María de Guadalupe donde la imposición de la ceniza fue desde la siete de la mañana hasta las diez de la noche. Esta celebración católica prepara a vivir el acontecimiento de la historia de la salvación como es la muerte y la resurrección de Jesucristo y para eso es necesario recorrer el camino de la penitencia y de la conversión.