EL PAÍS/AGENCIAS
Bagdad, Irak.- En medio de una crisis de rehenes en la que los plagiarios exigen el retiro de las tropas niponas del territorio iraquí, el general estadounidense Ricardo Sánchez, jefe de las fuerzas de ocupación, ha admitido ayer que la coalición ha perdido el control de las ciudades de Kut y Nayaf, donde se encuentra la base española de Al Andalus. Unas horas antes, el propio jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld, había advertido que los lugares santos de Irak “no son seguros”.
En Bagdad, Sánchez ha reconocido que la milicia shii ha tomado al asalto edificios estratégicos del centro de Nayaf, mientras que las tropas de la coalición se han atrincherado en la base Al Andalus, a cinco kilómetros de la ciudad.
A su vez, con lemas como “No a los sunitas, no a los shiitas, sí a la unidad islámica” y “Somos hermanos sunitas y shiitas”, miles de manifestantes salieron de Bagdad rumbo a Fallujah, apoyados por decenas de camiones llenos de alimentos.
Los musulmanes de ambos grupos religiosos se reunieron ayer por la mañana en la mezquita Um Al Qura, en el oeste de Bagdad, para iniciar su marcha pacífica hacia la convulsionada Falluja, donde las tropas estadunidenses lanzaron una operación para acabar con los rebeldes.
“Queremos expresar nuestra solidaridad con los hermanos de Falluja, que están siendo asediados y bombardeados por aviones de combate y tanques estadunidenses”, afirmó el jeque Ahmed Abdu Ghafur al Samarai, imán de la mezquita.
Siete misioneros surcoreanos detenidos en Irak por hombres armados han sido liberados, informaron las cadenas noticiosas.
Por su parte, fuentes de la televisión iraní “Al Alam” en Irak dijeron que los secuestrados trabajaban para una organización de ayuda humanitaria y que al menos uno de ellos reside en Jerusalén Oriental. Mientras tanto, la radio pública israelí informaba que dos árabes israelíes habían sido secuestrados por insurgentes.
Según las fuentes, los dos árabes fueron secuestrados junto a un grupo de ocho soldados ayer en la ciudad iraquí de Al-Nayaf.
Mientras tanto, el Gobierno japonés ha declarado que no se plegará a las exigencias de los terroristas. El secuestro de tres japoneses en Irak por un grupo autodenominado Brigadas de los Muyahidines (guerreros santos), que amenaza con matarlos si Tokio no repliega a sus cerca de 500 soldados, no ha hecho a Japón ceder al ultimátum de los milicianos.
En un comunicado, el Ejecutivo nipón da cumplida respuesta al video difundido por la cadena de televisión árabe Al Yazzeera con imágenes de los tres rehenes y sus documentos de identidad. “Nuestras fuerzas están dando apoyo a los esfuerzos de reconstrucción del pueblo iraquí, por lo que no hay razón alguna para retirarnos”, ha dicho con firmeza el secretario del gabinete nipón, Yasuo Fukuda, en respuesta al chantaje de los insurgentes.
En la grabación emitida por Al Yazeera aparecen los tres capturados vestidos de civil. Se trata de dos hombres, Noriaki Imai y Soichiro Koriyama y una mujer, Takato Nahoko. El primero de ellos es un joven de 18 años que acompañaba en Irak al segundo, de 32 años, fotógrafo y colaborador del semanario nipón Weekly Asahi, según el carné de identificación de esa revista que los rebeldes exhiben en el video. La mujer, de 34 años, ha sido reconocida por su madre en el video, según la agencia Kyodo. Las Brigadas de los Muyahidines ha dado un ultimátum a Tokio de tres días antes de cumplir su amenaza de “quemarlos vivos”.
El Ejército japonés mantiene destacado un contingente militar de unos 500 soldados del Ejército de Tierra en Samawa, una ciudad chií del sur de Irak, pero la cinta no se precisa donde han sido apresados los rehenes. Presisamente esta mañana, Japón había ordenado extremar las precauciones al tiempo que anunciaba la suspensión provisional de los trabajos humanitarios debido al estallido de violencia, aunque continuarán con las tareas de reconstrucción.
Un portavoz gubernamental ha reconocido que su prioridad es garantizar “la seguridad de las tropas” mientras se investiga el primer ataque sufrido en su base: unos artefactos lanzados esta madrugada y que estallaron a 300 metros del acuartelamiento japonés sin causar daños. El envío de soldados a Irak generó una fuerte polémica en Japón al ser la primera vez que realizan una misión en el exterior desde su derrota en la II Guerra Mundial. De hecho, para poder llevar a cabo la misión se aprobó el verano pasado una Ley especial de reconstrucción de Irak, que especifica que la zona elegida para el despliegue debe estar libre de conflictos armados. Según la prensa local, el futuro del primer ministro, Junichiro Koizumi, correrá peligro si los soldados japoneses en Irak sufren bajas.
Otro de los países asiáticos que mantiene tropas en Irak, Corea del Sur-con un contingente de 3.500 soldados-, ha sufrido otro ultimátum de los insurgentes, que han secuestrado a ocho de sus ciudadanos, aunque uno de ellos ha logrado huir. La agencia Yonhap ha señalado que los retenidos son religiosos surcoreanos. “En estos momentos, el embajador surcoreano para Irak, Im Hong-jae, está en contacto con los insurgentes”, ha señalado el Ministerio de Exteriores a la agencia, que no ha dado más detalles acerca de dónde se ha producido el secuestro o quiénes son sus autores. Esta noticia llega después de la liberación esta semana de dos civiles surcoreanos que fueron capturados por milicianos chiíes durante 14 horas en Nasiriya, donde se encuentra el contingente surcoreano. Corea del Sur tiene cerca de 600 ingenieros y médicos militares en esta ciudad sureña, a la espera de ser relevados por 3.000 soldados. También el Ministerio de Defensa había ordenado hoy suspender las actividades humanitarias en Nasiriya.
Ambos secuestros se producen unas horas después de que la milicia del clérigo chií Múqtada al Sáder, el Ejército del Mahdi, afirmara tener en su poder rehenes españoles y “posiblemente estadounidenses”, a los que pretende intercambiar por su líder en Nayaf, Mustafá al Yaqubi, detenido el sábado por la Coalición. Sin embargo, el Ministerio de Defensa español ha desmentido a este periódico que haya ningún español secuestrado en Irak. La Brigada Plus Ultra también ha “desmentido rotundamente esa noticia”, al tiempo que ha subrayado que no les “falta ningún miembro, ni español, hondureño, dominicano o salvadoreño” entre los efectivos desplegados en las zonas bajo su control, Nayaf y Diwaniya.