Preocupa al técnico tricolor la dupla ofensiva brasileña
CHICLAYO, PERÚ.- Tal vez Brasil tenga las ausencias en la Copa América de sus astros Ronaldo y Ronaldinho, pero el entrenador de la selección de futbol de México, el argentino Ricardo La Volpe, dijo ayer que los atacantes Adriano y Fabiano también tienen lo suyo.
"Cuando no estén Ronaldo y Ronaldinho, van a estar Adriano o Fabiano", dijo La Volpe a periodistas al término del entrenamiento del seleccionado mexicano, que también marcó su despedida de Chiclayo, a 770 kilómetros al norte de Lima.
Adriano, del Inter de Milán de la liga italiana y Fabiano, del Sao Paulo de su país, son los máximos goleadores de Brasil en la Copa América, con tres y dos tantos, respectivamente.
México viajó la tarde de ayer a Piura, a poco más de 200 kilómetros al norte de Chiclayo, para enfrentarse el domingo a Brasil por un lugar en las semifinales de la Copa América de Perú.
La Volpe, quien normalmente se niega ofrecer adelantos sobre su esquema táctico, descartó que México se presente como "favorito" para el partido, pero dijo que Brasil "no tiene las grandes individualidades que tiene Argentina".
"Pero hoy tienen dos ‘nueves’ arriba, como un Adriano, que son de diferentes características", dijo La Volpe, quien, a diferencia de otros días, se detuvo a firmar autógrafos a los alumnos del Colegio Santo Toribio de Mogrovejo, el sitio de entrenamiento de México en la primera ronda del torneo.
Brasil no ha derrotado a México desde 1999, cuando ganó 2-0 en una de las semifinales de la Copa América de Paraguay. Desde entonces, se han enfrentado en seis ocasiones, la última de ellas en la final de la Copa de Oro el año pasado en la que el Tri derrotó 1-0 a unos juveniles brasileños.
Y Brasil, que también actúa en la Copa América con juveniles, ha sembrado algunas dudas sobre su funcionamiento pues pasó a la segunda ronda como segundo lugar del Grupo C, cuando todos lo señalaban como favorito para ser líder.
Aunque goleó 4-1 a Costa Rica, Brasil venció apenas 1-0 a Chile en su presentación en el torneo y cayó 2-1 ante Paraguay, en el cierre de la primera ronda.
Ya no hay monstruos
La Volpe, un ex arquero de 52 años, dijo que actualmente el futbol se juega a un ritmo muy distinto por lo que el mote de "favorito" en los equipos debería desaparecer.
"En el mundo ya no hay favoritos, eso existía en la época en la que había grandes personalidades", dijo La Volpe, quien asumió el cargo como entrenador de los aztecas en octubre de 2002.
"No hay más monstruos como Pelé, como Maradona (...) Hay grandes jugadores, pero no hay monstruos y te das cuenta que ya los favoritos caen", agregó.
México se presenta ante Brasil tras haber sido líder del Grupo B, también llamado "de la muerte", después de empatar 2-2 con Uruguay, de conseguir una histórica victoria de 1-0 con Argentina y derrotar 2-1 a Ecuador.
México nunca había ganado a Argentina en un torneo oficial.
Sobre lo que le hubiera gustado cambiar de Brasil con miras al partido con México, un bromista La Volpe dijo: "A mí me hubiera gustado que Adriano y Fabiano no jugaran por suspensión", dijo entre risas.
Un adiós con tristeza
María de Fátima soltó el llanto cuando arrancó el autobús. Se despedían los mexicanos, Oswaldo Sánchez y aquella bufanda que su madre le regaló hace cuatro años, antes de partir a Estados Unidos.
"Cuando te pongas la bufanda será como si yo estuviera a tu lado", le dijo doña Socorro Castillo, quien cansada de los bajos salarios optó por el sueño americano.
Por eso las lágrimas...
Eran las 17:47 horas cuando María recordó las palabras maternales, que también se iban ahí, en el camión tricolor.
Conoció a Oswaldo Sánchez en el Colegio de Santo Toribio, lugar de entrenamiento. Hoy se abrió paso por entre la selva de admiradores, sólo para ofrecerle al arquero mexicano un detalle especial: "Para ti es la bufanda, te dará buena suerte y mi madre estará orgullosa de mí, porque conocí al mejor portero del mundo. Te amo, te adoro", le dijo la colegiala.
Oswaldo se apenó y con una sonrisa nerviosa alcanzó a decir: "Gracias por todo, conocerte a ti me traerá fortuna".
Se perdió el autobús por la Avenida Balta, de donde saldría hacia la carretera Panamericana rumbo a Piura.... Dejó atrás una multitud perturbada por el adiós, con sus libretas autografiadas y sus fotos carcomidas. Hubo quien siguió a la comitiva varios metros adelante. Y en el hotel, se apagaba la música de mariachi; cocineros y recamareras daban el último saludo.
El de María de Fátima y Oswaldo no fue el único hechizo.
A las 14:00 horas ya se habían escrito otros desencuentros: el Tri abandonaba el colegio donde entrenó desde el tres de julio.
Ximena se hundió en la nostalgia cuando regaló a Rafael Márquez una tarjeta que ella misma decoró: con florecitas pintadas y un mensaje que decía: "¡Por favor, gánenle a Brasil!". Y fue igual el entusiasmo de Yamil al ofrecer a Héctor Altamirano su tesoro de recreo: "¡Te guardé esta naranja!". El Pity dijo adiós entre gajos y sabores agridulces.
Mediodía de coqueteos clandestinos entre alumnas y futbolistas.
Mil 57 niños agitaron las manos, mientras el director Julio César Espinosa abrazaba a Ricardo La Volpe.
El equipo dejó tres presentes: un balón firmado por todos los jugadores, una camiseta nacional y una colchoneta con varios autógrafos dedicados a un niño que, en el día de la despedida, enfermó de gripe. Su mamá dijo que el pequeño se quedó llorando en casa, como lo haría María de Fátima al atardecer.