MÉXICO, DF.- En la apertura de los trabajos de la Convención Nacional Hacendaria el presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, Enrique Jackson, urgió a combatir la tentación de caer en la demagogia o en los espacios de los dogmas.
Aplaudido por su concisión, el mensaje de Jackson estuvo orientado -además- a manifestar la disposición que tiene el Senado de la República para avalar, en el ámbito legislativo, los acuerdos que emanen de la Convención.
El legislador había pugnado a favor de "un nuevo federalismo" para convertir en vía de solución los problemas que a la gente -dijo-le importa que se atiendan. "Un federalismo que rescate la visión de grandeza y la eficacia del quehacer y de la tarea pública; un federalismo que ponga mayor énfasis y acento en el desarrollo de las regiones.
"Un federalismo -abundó-que asegure buenos Gobiernos, Gobiernos que sirvan, que sientan y que se ocupen de la gente, Gobiernos que funcionen mejor. En este intenso y complejo proceso, hay que combatir la tentación de que algunos se obstinen en la victoria de la demagogia o en el triunfo de los dogmas."
Jackson prometió que el Senado asumirá su facultad constitucional para "convertir en leyes lo que tenga el respaldo de las mayorías, lo que mejor sirva al país y, sobre todo, lo que esperan y merecen los mexicanos".
Por su parte, el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, alertó del riesgo que existe de que cunda la desesperanza y arruine los trabajos de la Convención.
"Esta Convención -afirmó-se va a desarrollar dentro del maravilloso marco de la esperanza. Ignoro cuánto durarán nuestras esperanzas. No me propongo con estas palabras desvanecerlas ni alentarlas, ellas se concretarán con el esfuerzo de todos.
"Pero sí me propongo decir que la desesperación por la falta de crecimiento de nuestro país no debe caber en nuestros tiempos ni en nuestra civilización, porque sabemos que el progreso de los mexicanos puede sufrir eclipses pasajeros, más no sufre de eternas y supremas flaquezas.·
Castro Lozano provocó la hilaridad de parte de los asistentes por las metáforas de carácter religioso que empleó, por ejemplo, cuando propuso aguantar "sin descorazonamiento ni impaciencia" los días de Pascua y de Resurrección de los trabajos de la Convención.
O en su remate: "Creo en las desesperaciones y en las tinieblas, pero también creo en los soles de media noche"