EL SIGLO DE TORREÓN
Piden madres de familia que se detengan las emanaciones y se les indemnice por daños a la salud.
TORREÓN, COAH.- Alma Delia Olague, es la madre de dos infantes que tienen plomo en su sangre y sufren de una severa alergia. Es por la contaminación que provoca Caleras de La Laguna y Peñoles.
Ileana López Jácquez de siete años de edad, es el nombre de la pequeña que en forma constante padece de inflamación en sus vías respiratorias y resequedad en sus mucosas. Además, 7.2 microgramos de plomo por decilitro de la sangre.
Alma Delia expone que tres semanas atrás, la llevó a consulta a la Cruz Roja Mexicana para que la atendieran, porque no podía respirar. Los médicos le recetaron una inyección de 450 pesos y otro medicamento igual de costoso que ayudó a la paciente a salir del problema.
La recomendación de las autoridades médicas de esta institución de salud fue que acudiera a Caleras de La Laguna para que solicitara el reembolso de su dinero, dado que la alergia que tiene la pequeña fue provocada por la contaminación que genera la empresa.
Felipe de Jesús Rebolloso, de siete años, es otro de los tantos niños enfermos de la colonia. A él se le encontraron 22 microgramos de plomo por decilitro de sangre. Un tratamiento específico ayudó para que bajara a diez. Sin embargo, la resequedad en su nariz lo sofoca en forma constante.
Su madre, María del Refugio Martínez, al igual que Alma Delia, acusa a ambas empresas por los padecimientos que sufre la mayoría de los infantes y los adultos. Ellas como sus vecinas, siempre presentan estornudos, escurrimiento nasal frecuente y ardor en sus ojos.
Comentan que hace alrededor de dos años, los vecinos se manifestaron frente a la empresa para demandar el freno de la contaminación y el reembolso de los gastos que han hecho en la compra de medicina. También han solicitado el arreglo de las casas que exhiben fisuras por los petardos que lanzan para bajar la piedra, “por eso la mayoría tiene sus paredes cuarteadas”.
Los encargados de la empresa se niegan aceptar su responsabilidad y se molestan, pero los afectados están dispuestos a pasar por alto estas actitudes al grado de que volverán ha hacer presión para que sus peticiones sean tomadas en cuenta.
De lo que sí están seguros es que los padecimientos que tienen los habitantes de esta colonia, son por la contaminación en la que viven. Dicen que desde las once de la noche la cal empieza a emanar y a tapizar carros, plantas, árboles y el piso del polvo blanco que está menguando la salud de los habitantes de esta colonia.
Fisuras
Ramona Villaseñor es una de las tantas vecinas de la colonia Braulio Fernández Aguirre cuyas casas habitación están cuarteadas.
La razón, explica, es porque la empresa Caleras de la Laguna para bajar la piedra que luego converti-rán en cal, utiliza “petardos” que han perjudicado la construcción de la mayoría de las viviendas.
Al igual que Ramona, Olivia Alicia Chávez Torres, dice que los vidrios de las ventanas y de los roperos se han partido en dos. La loza de los gabinetes vibra y en las noches es cuando el movimiento es más intenso, la cama se mueve al grado de despertarlos.
Demandan una solución por parte de esta empresa, que debe restituir los daños que ha ocasionado a las viviendas de los habitantes de esta colonia.
