NOTIMEX
México, DF.- Considerada como una de las más importantes y urgentes Reformas Estructurales, la Laboral entrará esta semana en su etapa de despegue en la Conferencia Bicameral (senadores y diputados) para buscar concretar un proyecto de iniciativa, a fin de que sea presentado en el período ordinario de sesiones que inicia en septiembre.
Sin embargo, diputados, dirigentes del sector obrero e investigadores siguen ubicando al apartado referente a la democracia sindical como el principal obstáculo para llegar a un consenso y al que la mayoría de priistas, principalmente, se opone tajantemente.
El presidente de la Comisión del Trabajo de la Cámara de Diputados, Enrique Burgos García, admitió que son dos puntos en los que se centra la discusión: el registro nacional con carácter calificatorio y la modalidad para que los sindicatos resuelvan la elección de sus dirigentes vía voto secreto y universal.
Para avanzar en la discusión, el ex gobernador de Querétaro dijo que el criterio no estriba tanto en la definición, sino en apartar todo aquello donde ya existen o pueden generarse acuerdos y postergar el debate del resto de temas para otro momento.
Incluso, planteó la posibilidad de que se establezca un artículo transitorio en la Ley en el que se fijen plazos para un debate posterior sobre aquellos aspectos en que los dirigentes todavía no estén dispuestos a entrarle.
“Dejemos esos puntos para seguirlos analizando, con la probabilidad de que podamos, vía un transitorio, darles tiempo para que se adapten a estatutos, normas y regímenes internos, pero que no nos frenemos con todo lo que no haya acuerdos, porque si esperamos a que haya consenso integral, con reformas al (Artículo) 123, apartados A y B, nos llevaríamos muchos años”, consideró.
El diputado perredista y representante del Frente Sindical Mexicano, Pablo Franco Hernández, alertó sobre la alianza entre los legisladores del Partido Acción Nacional (PAN) y del Revolucionario Institucional (PRI) para “planchar” la iniciativa, sustentada en la “Ley Abascal”. Vislumbró casi como un hecho que el PAN, en respaldo al sector empresarial, estará dispuesto a sacar de la discusión el apartado sindical, siempre y cuando los priistas acepten aprobar las propuestas en la que se beneficia a los empresarios del país.
En diciembre de 2001 el secretario del Trabajo y Previsión Social, Carlos Abascal, propuso abrir la discusión sobre una reforma a la Ley Federal del Trabajo en la que participaran los sectores involucrados para definir una propuesta conjunta.
Desde entonces, patrones y representantes de los trabajadores elaboraron un anteproyecto de iniciativa que fue turnado a la Conferencia Bicamaral, donde pocos han sido los avances para concretar un proyecto de dictamen, sobre todo por la falta de acuerdos en la parte sindical.
Entre otras cosas, el denominado “documento de trabajo” propone abrir la elección de los dirigentes sindicales; la rendición de cuentas y el registro nacional de agrupaciones, pero los líderes gremiales están en desacuerdo porque argumentan una intromisión en la vida interna de sus agrupaciones.
Aceptar estas modificaciones implicaría realizar comicios en los sindicatos, con voto libre, secreto y directo entre todos sus afiliados y no en asambleas de delegados que la mayoría de las veces son afines al secretario general en turno.
Un recuento histórico de varios de los principales sindicatos nacionales revela signos de cacicazgo y autoritarismo que se han prolongado por décadas, como es el caso de los liderazgos en la Confederación de Trabajadores de México (CTM).
El líder del Sindicato Unico de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (SUTERM), Leonardo Rodríguez Alcaine -actual dirigente de la CTM- lleva más de 40 años al frente de la organización.
Sin embargo, el caso más representativo es el que aporta el dirigente de los Trabajadores de la Industria Minera, Napoleón Gómez Sada, quien después de 50 años de dirigir a la organización legó el cargo a su hijo Napoleón Gómez Urrutia.
Ejemplos sobran, pero el común denominador es el poder económico y hasta político del sector obrero -sustentado en el corporativismo-, que se ha reflejado en gubernaturas, presidencias municipales, senadurías, diputaciones y puestos públicos.
Precisamente, sostuvo el diputado Franco Hernández, esa es la principal causa por la que los priístas se niegan a tocar el tema sindical y modificar el esquema actual, porque en ello va en juego su amplio dominio económico y su presencia política nacional.
El investigador de la Universidad Obrera, Marcos Tello Chávez, precisó que al ritmo de la consolidación del “charrismo” y del corporativismo, el elemento sindical tendió a desaparecer o a restringirse al ámbito de las negociaciones cupulares, donde las bases eran invitadas sólo como parte de la decoración.
Incluso, agregó, los principales camarillas gremiales fueron evolucionando de simples “burócratas sindicales” oficialistas, a miembros de la clase burguesa: se hicieron dueños de acciones y de empresas variadas, además de obtener grandes canonjías y beneficios a través de los puestos públicos que han ocupado.
Afirmó que a estas alturas el corporativismo tradicional vive un agotamiento profundo, a grado tal que este elemento sindical se reduce al mínimo y se ha convertido en un movimiento de intereses particulares, no obreros, de dudosos membretes y con fachadas mafiosas y burocráticas.
El perredista Franco Hernández, también integrante de la Comisión del Trabajo de la Cámara de Diputados, aseguró que los diputados priístas del sector obrero -en su mayoría dirigentes sindicales-están dispuestos a avalar todo cuanto lesione al trabajador, pero que no se atente contra sus intereses.
Citó un ejemplo: los artículos en los que prácticamente hay acuerdo entre patrones y representantes obreros se refieren a la duración de las jornadas de trabajo, para privilegiar la contratación de empleados por honorarios, la multihabilidad y el banco de horas.
El sempiterno líder de los trabajadores de la Industria Refresquera, Armando Neyra Chávez, rechazó que existan ya algunos acuerdos e incluso comentó que no se tiene ni siquiera un borrador de las propuestas, pero, eso sí, deja en claro que no se tocará nada del tema sindical.
