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Aguascalientes/Jaque Mate

Sergio Sarmiento

“Todo Gobierno tiene por único objeto el bien de los gobernados”. San Agustín

Mientras que la atención de los medios de comunicación se ha centrado en las elecciones de Oaxaca, casi nadie ha vuelto la vista a Aguascalientes. La razón es la contundencia del triunfo del PAN, no sólo en la contienda para gobernador sino también en el Congreso y los municipios. En la votación para gobernador del candidato del PAN, Luis Armando Reynoso Femat, obtuvo 180,605 votos o 56.87 por ciento de los votos válidos. Óscar López Velarde, del PRI, consiguió 114,875 votos o 36.17 por ciento. Las quejas de López Velarde han sido descartadas como simples argucias para no reconocer una derrota clara.

No hay duda de que uno de los factores importantes en el triunfo de Reynoso Femat ha sido el buen trabajo de su predecesor, el también panista Felipe González. Aguascalientes es generalmente considerada como una de las entidades mejor gobernadas del país. En una encuesta del periódico Reforma publicada poco antes de la elección se señalaba que dos terceras partes de los aguascalentenses están satisfechos con el mandato de su Gobernador. El fenómeno, sin embargo, no es nuevo en el estado. Cuando menos desde el Gobierno de Rodolfo (El Güero) Landeros, que se extendió de 1980 a 1986, Aguascalientes ha tenido una serie de administraciones eficaces que han logrado hacer del estado uno de los más prósperos y tranquilos del país. Los votantes hidrocálidos nunca aceptaron el argumento del candidato López Velarde -quien además del PRI tenía el respaldo del Partido Verde y el del Trabajo en la llamada En Alianza Contigo- en el sentido de que el Gobierno de Felipe González ha sido un desastre y ha generado desempleo, pobreza e inseguridad. Al final, el ataque más fuerte en contra de Reynoso Femat tuvo qué ver con el remozamiento del estadio de futbol de la capital para acoger al equipo Necaxa de primera división. Pero los votantes nunca entendieron por qué era malo que la ciudad de Aguascalientes hubiera renovado y ampliado su estadio, con una inversión importante y obtenido un equipo competitivo de primera división sin gastar un centavo de recursos públicos.

Quizá lo más notable de los resultados electorales de Aguascalientes de este pasado primero de agosto es el voto discriminado entre la elección para gobernador y para presidente municipal en la capital del estado. Los electores claramente dividieron su voto. Dentro del municipio de Aguascalientes el candidato a gobernador del PAN obtuvo 127,582 votos, esto es, 57.67 por ciento del total, contra 80,400 votos, o 36.34 por ciento del total, de su rival del PRI. El triunfo fue tan amplio como en el resto de la entidad. En cambio el candidato a la presidencia municipal del PAN consiguió 105,009 votos, 47.61 por ciento, contra 101,240, 45.90 por ciento, del candidato del PRI. En este caso el triunfo del PAN fue realmente estrecho.

La explicación parece radicar directamente en los candidatos ya que el trabajo del actual presidente municipal, el panista Ricardo Magdaleno Rodríguez, está también calificado positivamente. Carlos Lozano de la Torre, el candidato del PRI a la presidencia municipal, es un hombre muy reconocido dentro y fuera de la entidad. Durante cuatro sexenios fue secretario de Desarrollo Económico en Aguascalientes pero también en la vecina Zacatecas, en el Gobierno del perredista Ricardo Monreal. Lozano de la Torre mantuvo un trabajo muy intenso de dos años para buscar la presidencia municipal. Consiguió también el voto de muchos perredistas. Martín Orozco Sandoval, el candidato panista, fue coordinador de los diputados panistas en el Congreso local en un momento en que los legisladores tienen el menor grado de aceptación de los ciudadanos. La elección de Orozco Sandoval, por otra parte, tuvo lugar en una asamblea panista muy dividida en la que los simpatizantes de su más cercano rival, Miguel Ángel Ochoa, terminaron abucheando el resultado.

Lo realmente relevante de todo este proceso, sin embargo, no es el resultado sino el voto diferenciado. Éste demuestra que, en entidades políticamente maduras, los votantes mexicanos tienen la capacidad y la disposición de sufragar por candidatos de distintos partidos incluso en elecciones simultáneas. La idea de que los mexicanos votan siempre por un mismo partido, por usos y costumbres, queda desmentida ante el voto que vimos este domingo en la ciudad de Aguascalientes y que hemos presenciado también en otros lugares del país.

IMSS

Se discute en el Senado una iniciativa que ayudará a paliar la bancarrota del Seguro Social sin afectar los derechos de trabajadores y jubilados actuales del IMSS. ¿Cuál es la reacción de los trabajadores sindicalizados del Seguro? Bloquear calles y carreteras afectando a millones de inocentes.

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