GÓMEZ PALACIO, DGO.- No basta ser un buen nadador. Todas las personas que se bañan en las aguas del Río Nazas corren el riesgo de morir ahogadas. ?No es cuestión de habilidad, sino de la alteración que sufre el cuerpo y propicia la asfixia por sumersión?, explica Armando Castillo González, médico forense de la Subprocuraduría de Justicia, quien ha atestiguado dos mil 319 defunciones en el río desde 1974.
En la guardia de la Policía Ministerial, hasta las 15:00 horas, del lunes 15 de marzo, todavía no se reportaba el hallazgo del cuerpo de Felipe de Jesús López Salazar de 26 años de edad, joven que calló la mañana del domingo, en el agua del Canal de Sacramento y pereció ahogado.
?Además, el 85 por ciento de las víctimas se encontraban bajo los influjos del alcohol?, el doctor Castillo, como una constante en los casos de personas que perecen ahogadas durante la temporada de riego, cuando se libera el agua de las presas y se desplaza por los diferentes canales.
Al momento de rendir su declaración, Gustavo Hernández Saláis de 35 años, amigo del desaparecido, informó que la noche anterior habían ingerido bebidas embriagantes. El doctor Castillo refuerza su diagnóstico: ?La mayoría se encuentra en estado de ebriedad?.
Raymundo, La Canasta, Las Piedras, la represa San Fernando y el kilómetro 11-40, son los puntos donde con mayor frecuencia se presentan los trágicos incidentes que inician en un día de campo o en el deseo de ?refrescarse? de algunas personas de escasos recursos que gustan del ?agua del canal?.
Las estadísticas del Servicio Médico Forense de la Subprocuraduría de Justicia del Estado de Durango, indican que durante 2003, fueron 19 las personas que pedieron la vida, de las cuales sólo una era mujer.
En las cifras sobre las defunciones de 2003, Castillo González muestra que desde los 20 a los 24 años se presenta algunas muertes y la cifra aumenta en el rango de los 25 a los 29 años. Una cantidad similar se observa en los siguientes cinco años y al final se detecta que son muy jóvenes las ?víctimas? del Río Nazas.
Alteración del cuerpo
La temperatura promedio del cuerpo humano se encuentra en los 37 grados centígrados. ?El agua del río se encuentra aproximadamente a diez grados centígrados, cualquiera que entra de repente al agua corre el riesgo de sufrir una contracción muscular?, afirma Armando Castillo.
Auxiliándose del Manual de Medicina Legal de Alfonso Quirioz Cuarón, el galeno explica que bajo el agua, se detienen los movimientos respiratorios de la persona para impedir su penetración en el árbol pulmonar.
Al limitado paro respiratorio sigue la fase de diseña, por la irritación de los centros respiratorios debido a la penetración del agua, misma que sobre la laringe provoca breves aspiraciones, el aire es expulsado a sacudidas. Al cesar la tos, el sujeto pierde la conciencia y el líquido entra por inspiración a los pulmones.
Antes del desenlace, viene una fase de convulsiones asfícticas, que pueden faltar en la muerte por inhibición. Por último surge la parálisis, hay una pausa respiratoria preterminal, seguida de un movimiento de profunda inspiración y el cuerpo se encoge.
?Por eso son las recomendaciones tan sencillas de evitar meterse al agua después de consumir alimentos o bajo el influjo del alcohol?, concluye Castillo González.
Víctimas
Durante la temporada de riego de 2003, las compuertas de las presas Lázaro Cárdenas y Francisco Zarco son liberadas. Algunos bañistas aprovecharon el agua y pagaron caro las consecuencias.
Mes Muertes
Abril 3
Mayo 5
Junio 6
Julio 4
Agosto 1
Total 19
FUENTE: Servicio Médico Forenese