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México, DF.- Con una firme posición en contra del monopolio de Estado en el sector energético y la convicción sobre la necesidad de una campaña nacional para el ahorro de energía, el director de la Conae, Carlos Domínguez Ahedo impulsa el proyecto de desarrollo del país.
Reconoce que asumió la dirección de la Comisión Nacional para el Ahorro de Energía (Conae) por su amistad con el secretario de Energía, Fernando Elizondo Barragán, pero asegura que accede con antecedentes de servicio público, experiencia política y capacidad técnica que se requieren para un desempeño integral.
En entrevista, Domínguez Ahedo, quien está al frente de la comisión desde el pasado primero de julio, informa que dará seguimiento al plan general de trabajo de la Conae, pero destaca que impulsará una Campaña Nacional de Ahorro de Energía que está en etapa preliminar.
Se trata, explica, de una campaña que aún se está cocinando y que apenas ha sido esbozada a la Sener, pero que estaría enfocada a resolver el precario equilibrio que existe entre la oferta y la demanda de energía en el país.
Las acciones, además de la infraestructura para la generación de electricidad, deben incluir tareas para evitar el desperdicio de energéticos y fluido eléctrico, así como desarrollar fuentes alternas de energía.
En su opinión, no se visualiza una situación de emergencia en la que el país se quede en penumbras por falta de electricidad, pero advierte que si la economía mexicana registra un deseable crecimiento acelerado, habría problemas para satisfacer la demanda del fluido.
La Reforma Energética, considera, será un epílogo y una necesidad para el país que deberá resolverse tarde o temprano y “Caerá por su propio peso”.
En ese sentido, estima que tal vez se apruebe primero una Reforma Energética sin modificaciones a la Constitución Política Mexicana, pero después tendrá que permitirse la participación de la inversión privada, porque lo demanda la sociedad.
Mientras tanto, “la Conae puede crear conciencia de lo que México está perdiendo por no capitalizar al sector y de la ventaja terrible que tienen nuestros vecinos del norte por la pérdida de competitividad, derivada de la energía eléctrica tan cara que tenemos”. Si no cambiamos eso, advierte, las consecuencias serán funestas.
Domínguez Ahedo indica que, en tanto la Reforma Energética se discute, el país puede avanzar hacia el desarrollo de una campaña nacional de ahorro de energía, que podría ser igual de valiosa que los resultados que produzca el cambio al régimen legal del sector.
Para el titular de la Conae, la Reforma Eléctrica no allanaría el camino de la Conae, al contrario, multiplicaría el trabajo de ese organismo porque habría más clientes y se abrirían nuevas oportunidades para promover la cogeneración y el autoabastecimiento de electricidad.
Estima que la facturación energética en México supera los 400 millones de pesos al año, pero la adopción de mejores hábitos en el consumo permitiría ahorrar 20 por ciento de la energía que actualmente se gasta y el resultado sería aún mejor con inversiones en tecnología, que además tienen tasas de retorno.
En ese contexto, las bondades de la campaña superarían por mucho a las de la Reforma Energética, toda vez que la primera sólo requiere la voluntad del Poder Ejecutivo, y la segunda el consenso entre el Legislativo.
Concretar la reforma necesita cuantiosos recursos económicos y la campaña no; los resultados del cambio a la Ley serían a largo plazo y con la campaña propuesta los beneficios se verían de inmediato.
“El tamaño de conseguir recursos energéticos mediante el ahorro o uso de energéticos alternos (biomasa, eólica, cogeneración) puede ser mucho mayor y menos costos que si sólo se aumenta la capacidad de producción”, precisa.
No obstante, el titular de la Conae aclara que no pretende proponer que se cancele la construcción de plantas de generación de electricidad que utilizan combustibles convencionales como gas natural, la intención es que “abramos otro frente de batalla”.