Advierte la OMS sobre una pandemia de consecuencias más devastadoras que la neumonía atípica
EL PAÍS
PEKÍN, CHINA.- El miedo a que la gripe aviaria derive en una epidemia similar a la del SARS (Síndrome Agudo Respiratorio Severo) comienza a tomar peso en Asia. Tailandia anunció ayer que un niño de seis años ha muerto por el denominado virus H5N1, lo que eleva a siete el número de fallecidos en la región desde que fue detectado el primer brote en Corea del Sur a mediados de diciembre.
Los seis fallecimientos anteriores se han producido en Vietnam. Pakistán se convirtió ayer en el octavo país afectado por la enfermedad.
Fue una pesadilla para Gobiernos, ciudadanos y empresas. Duró alrededor de seis meses. El turismo prácticamente paralizado, miles de empresas en alerta y millones de ciudadanos asustados tras las mascarillas, temerosos de un virus del que no se conocía gran cosa.
El balance final: 774 muertos, ocho mil 98 infectados en cerca de 30 países de todo el mundo y cuantiosas pérdidas económicas. Hasta el punto que 2003 ha pasado a la historia en Asia como el año de la neumonía atípica o SARS.
Recién comenzado el año 2004, el brote de la denominada gripe del pollo o aviaria, una enfermedad similar a la gripe común, ha despertado los fantasmas en la región sobre la posibilidad de que vuelva a producirse un fenómeno similar.
De momento, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dicho que no tiene constancia de que el patógeno se transmita de persona a persona y no ha considerado necesario emitir recomendaciones de no viajar a ninguno de los países afectados, a diferencia de lo que hizo el año pasado. Pero ha advertido que si se combina con el de la gripe humana, podría generar una pandemia de consecuencias imprevisibles. Porque, según ha advertido, potencialmente puede ser más devastador que la neumonía atípica.
La última víctima ha sido un niño que resultó infectado mientras jugaba con gallinas en su pueblo en la provincia tailandesa de Kanchanaburi y cuya salud se deterioró rápidamente. Seis de las siete víctimas registradas hasta ahora son niños, un fenómeno al cual los científicos no han encontrado aún explicación. Sudarat Keyuraphan, ministra de Sanidad de Tailandia, dijo también que una niña de diez años y una mujer de 58 padecen la enfermedad, además de otro niño de siete, cuyo caso fue confirmado la semana pasada.
Alrededor de 11 millones de pollos han muerto o han sido exterminados en Tailandia en 24 de sus 76 provincias. Sólo el pasado domingo, fueron sacrificados 1.6 millones con la ayuda del Ejército y de prisioneros, ante la falta de gente dispuesta a llevar a cabo el trabajo.
El primer ministro tailandés, Thaksin Shinawatra, quien al igual que los dirigentes de Indonesia ha recibido fuertes críticas por haber ocultado la epidemia, hizo de nuevo un llamamiento a la población para que no se alarme: “Las personas no se contagian fácilmente. Sólo aquellos que viven en contacto cercano con los pollos corren riesgo”.
Además el funcionario prometió que la crisis de la gripe aviaria pasará en un mes, pero la Comisión Europea pareció prever un futuro más sombrío al anunciar que los pollos tailandeses estarán fuera de los supermercados por al menos cinco meses.
Pero el virus se sigue extendiendo por Asia. No se sabe cómo, aunque hay sospechas de que pueda ser por medio de aves migratorias. Pakistán afirmó que dos millones de pollos han muerto por una forma más débil de la enfermedad y Taiwán anunció un nuevo brote del virus H5N2, que, a diferencia del H5N1, no puede saltar al ser humano.
Alrededor de 400 granjas de Indonesia, que reconoció el pasado domingo por primera vez la existencia del patógeno, se han visto afectadas, aunque aún se desconoce por cuál de sus variantes. Corea del Sur, que registró ayer un nuevo enfermo sospechoso de estar infectado, dijo que las pruebas realizadas por el Centro de Prevención y Control de Estados Unidos han detectado que su virus de la gripe aviaria difiere genéticamente del identificado en Vietnam. Seúl ha ordenado el sacrificio de 2.5 millones de animales sobre un total existente de 108 millones.
Los expertos creen que el virus sólo se transmite por contacto con animales enfermos o con sus excrementos. En Asia es costumbre comprar los pollos vivos en el mercado y sacrificarlos y desplumarlos delante del cliente.
Ningún país a salvo
“No sabemos cómo se está difundiendo el virus, así que hay que pensar que ningún sitio puede considerarse a salvo. El desafío crece por días”, ha asegurado Peter Cordingley, portavoz de la OMS en Manila.
La crisis se ha agravado porque, según el organismo sanitario, el virus ha mutado respecto al H5N1 que provocó la muerte de seis personas en Hong Kong en 1997. Esto significa que no habrá una vacuna disponible antes de seis meses.
La organización sanitaria rogó ayer a la comunidad científica mundial que acelere la búsqueda de un tratamiento. La lucha contra el virus se está viendo dificultada por su rápida velocidad de mutación y su presencia simultánea en al menos ocho países.
La OMS ha advertido de los riesgos que supone la eliminación de los pollos si no se realiza de forma adecuada, como está ocurriendo en algunos lugares como Tailandia, donde, según ha reconocido la ministra de Sanidad, algunos criadores se están limitando a arrojar los animales muertos a los ríos. Esto podría provocar que el virus llegue a las granjas de cerdos y de éstos pase al ser humano.
Myanmar y Laos, que hacen frontera con Tailandia, pueden ser los siguientes en engrosar la lista de países afectados. Miles de aves han muerto en Vientiane (Laos), aunque las autoridades aseguran que se debe al cólera. Las muestras están siendo analizadas en un laboratorio tailandés. Según la OMS, el estallido de la enfermedad en este país supondría “un grave problema” debido a su pobre infraestructura sanitaria.