Al ingerir bebidas embriagantes disminuye la capacidad de respuesta
EL SIGLO DE TORREÓN
GÓMEZ PALACIO, DGO.- El alcohol y los automovilistas nunca se han llevado bien. Por eso la Dirección de Tránsito informa que el 35 por ciento de los accidentes es debido a su consumo excesivo. Por otra parte, en grandes dosis, el alcohol daña los órganos internos hasta provocar enfermedades graves como el cáncer y la cirrosis hepática.
El titular de la Jurisdicción Sanitaria número Dos, Salomón Olvera Leyva, indica que el área que más se afecta es el hígado. Cuando se presenta un accidente, en la que por lo general están implicadas personas muy jóvenes, mueren por el estallamiento de vísceras.
Está claro que el consumo elevado de bebidas alcohólicas influye en la conducta del ser humano: disminuye su capacidad de respuesta inmediata y la de autocrítica y consecuentemente se pueden producir reacciones inesperadas.
Aunque parece que se tienen más reflejos, cuando la realidad es otra. Bajo los efectos del alcohol, nadie se da cuenta que está cometiendo algún tipo de irregularidad o infracción. El individuo generalmente está eufórico y piensa que todo va bien, que no hay ningún problema.
La euforia produce la sensación de bienestar y se extiende no sólo a como el individuo se siente, sino también a como se comporta, aunque efectivamente, la forma de actuar deja mucho que desear.
Olvera Leyva informa que cuando se presenta una muerte violenta por accidente automovilístico interviene el Ministerio Público para dar fe de lo hechos. En algunas ocasiones solicita apoyo para el peritaje a la Jurisdicción Sanitaria número Dos, pero dicha dependencia es la que se encarga de levantar el cadáver, calcular edad y sexo.
No se puede determinar cuál es el momento más peligroso para conducir después de haber bebido. Además no se puede generalizar. Depende de cada persona, de la situación en que se encuentre -si ha comido o está en ayunas-, del hábito que tenga de beber, la cantidad ingerida y los grados.
A partir de esto, si alguien lleva bebiendo una hora y se pone a conducir, se sabe que la primera parte de lo que ha tomado ya se le ha metabolizado y por lo tanto la cantidad de alcohol en la sangre ha subido, lo que resulta muy peligroso. Normalmente, hasta después de cuatro o cinco horas el nivel de alcohol empieza a bajar.
El organismo es capaz de tolerar la ingestión de determinadas bebidas alcohólicas en cantidades moderadas. Incluso en algunas ocasiones, dosis pequeñas son recomendables. El problema comienza cuando se rebasa ese punto y es cuando se presentan enfermedades como las siguientes: intoxicación, cirrosis y cáncer.
El etanol contenido en las bebidas alcohólicas actúa como un veneno en el cuerpo. El organismo consigue tolerarlo en pequeñas cantidades e incluso en algunos aspectos puede provocar efectos positivos. En los jóvenes, además los efectos nocivos alcanzan a las hormonas implicadas en el crecimiento.
EFECTOS NOCIVOS
El consumo excesivo de alcohol afecta en forma considerable al organismo al grado de que puede afectar los siguientes órganos:
CEREBRO: Atrofia cerebral (demencia alcohólica), enfermedad degenerativa del cerebelo, epilepsia alcohólica.
BOCA: Tumores y graves inflamaciones de la boca, laringe, faringe y esófago.
CORAZÓN: Mío cardiopatía, insuficiencia cardíaca aguda.
HÍGADO: Estatosis hepática, hepatitis alcohólica, cirrosis hepática y cirrosis.
ESTÓMAGO: Úlcera de estómago, úlcera de duodeno, hemorragia aguda de la parte superior del tubo digestivo.
ÓRGANOS GENITALES: Riesgo de aborto y anomalías en el feto, menstruaciones irregulares, disfunciones en testículos y ovarios.
PIERNAS Y BRAZOS: Pérdida de sensibilidad y dificultad de movimiento. Convulsiones y espasmos.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón
