EL PAÍS
PARÍS, FRANCIA.- Los 32 mil kilómetros de vías férreas de Francia serán revisados por segunda vez en menos de un mes, después del descubrimiento de una bomba de tipo artesanal semienterrada junto a la línea París-Basilea (Suiza).
El hallazgo fue realizado ayer por un empleado ferroviario. El ingenio no habría podido estallar, porque el cordón que unía los detonadores al paquete explosivo estaba cortado.
La carga explosiva, descrita como nitrato de fuel, había sido colocada en el interior de una caja de plástico transparente de unos 20 centímetros por 20, de composición parecida al de una bomba auténtica que fue desactivada el 21 de febrero pasado cerca de Limoges, reivindicada por el misterioso grupo AZF.
La diferencia es que esta última tenía un dispositivo de detonación más sofisticado que la pila, los seis detonadores pirotécnicos y el aparato de relojería doméstica hallado junto a la línea París-Basilea, cuyo tráfico fue interrumpido totalmente.
Según el Ministerio del Interior, el sistema de detonación tampoco se corresponde con el anunciado en las amenazas recibidas con las siglas AZF, una constatación apenas tranquilizadora, porque puede tratarse de un cambio de táctica del grupo o del intento de algún imitador un poco más chapucero.
El grupo AZF tiene en jaque a la policía desde hace tres meses. Ha enviado cartas a la Presidencia de la República y al Ministerio del Interior en las que exige el pago de un rescate, situado actualmente en la suma de cuatro millones de dólares y dos millones de euros.
Durante varias semanas, las autoridades respondieron a las cartas de amenaza a través de pequeños textos publicados en el diario “Libération”, en que los extorsionadores eran aludidos como “el Gran Lobo” y la policía se autodenominaba “Suzy”, a tono con el estilo de una sección dedicada al intercambio de mensajes personales.
Dos intentos de entregar el “rescate” por medio de un helicóptero fracasaron sucesivamente, después de que las autoridades intentaran coger a los extorsionadores colocando un avión-espía en la zona prevista para el contacto.