EFE
WASHINGTON, EU.- El Gobierno de Estados Unidos declaró ayer Acto Especial de Seguridad Nacional el funeral del ex presidente Ronald Reagan, fallecido el sábado a los 93 años de edad en California.
Una portavoz oficial dijo que los actos de los servicios fúnebres tendrán la misma categoría de otros acontecimientos importantes, como las próximas convenciones nacionales que designarán a los candidatos a la presidencia o la cumbre del Grupo de los Ocho (G-8) que se realiza en el estado de Georgia.
El Departamento de Seguridad Nacional hizo el anuncio en momentos en que se intensifican las medidas de seguridad para proteger a los centenares de jefes de Estado y dignatarios que llegarán a la capital de EU para asistir, el viernes, al funeral de Reagan.
“Nuestro objetivo es proporcionar un entorno seguro”, dijo Ann Roman, portavoz del Servicio Secreto, entidad que coordinará todas las medidas de seguridad entre agentes federales y policías locales.
Las fuerzas locales incluyen a la Policía Nacional de Parques, la Policía del Capitolio y la Policía Metropolitana del Distrito de Columbia.
Los restos de Reagan se trasladarán mañana miércoles a Washington y recorrerán desde la base Andrews de la Fuerza Aérea, en el vecino estado de Maryland, hasta el Capitolio, donde serán velados por efectivos de la Policía Metropolitana y la Policía Nacional de Parques.
La caravana fúnebre pasará frente a la Casa Blanca y su recorrido a lo largo de la Avenida Pensilvania será celosamente vigilado por tiradores de elite, que se instalarán en los edificios que bordean esa céntrica avenida de la capital estadounidense.
La Policía Nacional de Parques también proporcionará escolta a los dignatarios que llegarán en los próximos días a Washington.
“Hemos cancelado todos los permisos esta semana. Este podría ser uno de los más grandes acontecimientos de Washington en los últimos tiempos”, dijo el jefe de la Policía Nacional de Parques, Dwight Pettiford.
Fuentes de la Policía Metropolitana indicaron que se espera que más de 100 mil personas lleguen hasta el Capitolio, sede de las dos cámaras del Congreso, para rendir un último homenaje al ex presidente.
Para ello tendrán que pasar una estricta red de seguridad que comenzará en los accesos al edificio y seguirá en sus puertas de ingreso, donde tendrán que someterse a la revisión de detectores de metales.
“Será como en un aeropuerto. Mientras menos cosas cargue una persona, más fácil le será cruzar esta red de seguridad”, dijo una fuente de la policía.
Medidas similares se tomarán el jueves durante un servicio fúnebre que oficiará en la Catedral Nacional de Washington el sacerdote episcopaliano y ex senador republicano John Danforth.