La Cámara Nacional de Comercio de Guadalajara se dio a la tarea hace poco más de 11 años de crear un Encuentro Internacional del Mariachi, al que posteriormente se le agregó también la Charrería. Ese hecho augura que en el futuro este Encuentro asuma nuevos retos en beneficio del reforzamiento de muchas de nuestras tradiciones e instituciones nacionales, las cuales por los peligros que entrañan movimientos de globalización cultural, pudieran ir perdiendo su sentido ante jóvenes y menos jóvenes.
La música del Mariachi es en muchos sentidos la mejor embajadora cultural de México por todo el mundo. Dentro de la enorme riqueza musical y poética que el alma mestiza mexicana ha ido creando, el mariachi no es por supuesto la única música prototípica de México, pero sí la más emblemática.
Manifestaciones culturales en torno a la música alegre de Veracruz, las huastecas, el Istmo de Tehuantepec, o romántica como la que ha hecho famosos a los trovadores yucatecos, o bien los corridos norteños o la banda sinaloense, manifiestan muy claramente la gran diversidad del sentimiento artístico mexicano manifestado a través de la música popular.
Vivimos momentos en los que la gran industria del entretenimiento con sus empresas discográficas, televisivas, radiofónicas y revisteriles crea artificialmente grandes ídolos de dudosa calidad objetiva, pero fotogénica imagen ante la cámara, que les permite ser “figuras” de gran impacto mediático y atractivo mercadológico para el negocio, aunque a la postre resulten efímeros productos al estilo del úsese y tírese.
Frente a esos ídolos de barro cuyos productos bien promocionados por la gran internacional del entretenimiento, provocan pingües ganancias, pero que se convierten al paso de unos cuantos días en desechos de esa gran industria, la Canaco de Guadalajara se ha dado a la tarea de revitalizar un género musical que a los mexicanos nos llega al fondo del corazón y en el extranjero nos identifica plenamente, pero que no logra impactar como producto estrella a las grandes empresas mundiales del disco o de la radio o TV.
Hoy en día en la misma Guadalajara oímos cómo las radiodifusoras promocionan géneros musicales e ídolos de barro que no tienen la calidad y raigambre de la música de Mariachi, de ahí que iniciativas como la del Encuentro Internacional del Mariachi y la Charrería tengan que ser aplaudidas con gran fuerza y alentadas para que mantengan esta continuidad que va haciendo ya que se conviertan en una apreciada y sólida tradición tapatía.
La consolidación del Encuentro Internacional del Mariachi y la Charrería a partir de las 11 ediciones exitosas habidas, debiera plantear a sus organizadores nuevas metas magnánimas:
Ojalá pudiera haber una difusión más abierta a otras ciudades del propio país o del extranjero de ese espectáculo de gran calidad que se ha venido a denominar La Gala del Mariachi, donde los mejores conjuntos vernáculos acompañados de la Orquesta Filarmónica de Jalisco han demostrado la enorme calidad musical implícita en este género del que debemos enorgullecernos los mexicanos.