BERLIN, (Reuters).-Una alemana fue acusada de ayudar a sus dos hijas a asesinar a su padre y existen fuertes sospechas de que la familia alimentó con el cadáver a sus siete perros doberman.
En octubre del 2001, la familia había reportado como desaparecido al hombre muerto, identificado como Rudolph R., de 52 años de edad.
Las autoridades de Neuburg, un pueblo en el sur de Alemania, confirmaron las informaciones de prensa de que el novio de una de las hijas del muerto confesó haberlo matado con una tabla de madera, y que luego lo cortó en pedazos y se lo dio de comer a los perros de la familia.
Un portavoz de la policía dijo que había indicios, aunque no pruebas concretas, de que el cuerpo del hombre había sido utilizado para alimentar a los perros. Pero no dio detalles al respecto.
Ahora los fiscales han nombrado a la viuda, de 49 años, y a sus dos hijas, de 17 y 19 años, como acusadas en el caso, tras haber completado las investigaciones la semana pasada, dijo la jueza Sandra Von Dahl a Reuters. La mujer y sus hijas no fueron identificadas.