Estudiantes del Tec de Monterrey en un afán por fomentar la cultura y la educación, imparten clases a personas de escasos recursos.
EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- El servicio social es tarea de todos, principalmente de la sociedad civil que tiene el compromiso de actuar con responsabilidad, de dar sin esperar nada a cambio, así como de proporcionar lo mucho o lo poco que se tenga a quienes más lo necesitan.
Un grupo de estudiantes del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) Campus Laguna, impartió por dos semanas un curso llamado Verano Enano, en una colonia popular como lo es Nueva Merced, el cual forma parte del proyecto Servicio Comunitario.
En relación a lo anterior, la semana pasada llevaron a cabo una celebración de fin de cursos a través del cual se contribuyó en gran medida al fomento de la cultura y educación en la región, con la aplicación de talleres de dibujo, pintura, manualidades, canto, deportes, inglés, entre otras que suscitaron la integración de los miembros de la comunidad y estimularon el desarrollo de las habilidades.
Este plan de trabajo forma parte del Servicio Comunitario de dicha institución, en el cual los universitarios deben acumular un total de 480 horas durante el semestre. Cada uno de ellos elige el tipo de servicio que llevará a cabo y en dónde.
Verano Enano y sus inicios
Este curso de verano se originó hace cuatro años en la colonia Nueva Merced. El grupo formado por treinta jóvenes, entre ellos Mirna Gómez, Kelly Sáenz, Abraham y José Luis Vega, acudieron por las tardes a dicho sector habitacional, en donde se les ofrecieron los respectivos cursos a un total 140 niños de entre cuatro y 12 años de edad.
Según explicó el coordinador del proyecto José Luis Vega, que en conjunto con algunas empresas patrocinadoras, se programaron una serie de pláticas en relación al cuidado del agua y a los derechos humanos, las cuales se llevaron a cabo en uno de los salones de la Parroquia de la Esperanza -también centro comunitario- la cual ha fungido como el lugar de trabajo para los que han participado durante los últimos cuatro años en Verano Enano.
Enseñanza
Para los jóvenes el poder estar en contacto con gente maravillosa, quienes con lo “poco” que tienen son felices y tal vez mas aún que muchas personas quienes parecen tenerlo “todo”, ha sido una experiencia de aprendizaje que los ha marcado para toda la vida.
Aunque estos alumnos del ITESM están próximos a graduarse, eso no es impedimento para que continúen inmersos en mundos que padecen de grandes carencias, especialmente la falta de atención que requieren los niños, en la opinión de los estudiantes.
El realizar este tipo de servicio les ha permitido ser personas más sensibles y sobre todo agradecidas por todo lo que les ha dado la vida. Se han percatado de que se puede “dejar algo” en quienes los reciben con una gran sonrisa y con un fuerte abrazo los despiden.
Los jóvenes platicaron que este tipo de actividades en un principio se llevan a cabo por obligación, pero después se hace por gusto y por convicción, prueba de ello es que algunos ya completaron hace algunos meses con las horas solicitadas para la acreditación del servicio social.
“Son experiencias con las cuales te llegas a conocer y con las que puedes marcar la diferencia en una persona, por ello me gustaría continuar realizando este tipo de servicio a la comunidad, aunque termine con mis estudios profesionales”, externó Mirna Gómez, estudiante de Ingeniería Mecatrónica.
Kelly Sáenz, expresó la inmensa dicha que siente por haber dado “algo” de su persona a los demás, quienes a ella le dejaron aún mucho más. Este tipo de actividades son para la joven estudiante de Ingeniería Industrial y de Sistemas, también una forma de tomar conciencia de la realidad, “en la que existe mucha gente que necesita ayuda, apoyo y un “empujoncito” para que ellos mismos, con la gama de cualidades y habilidades que poseen, logren salir adelante”.
Abraham y José Luis igualmente confesaron lo mucho que se puede dar y recibir en este tipo de experiencias, siempre y cuando se decida a actuar y contribuir en el desarrollo y bienestar de la comunidad.
EXPERIENCIAS
Éstas son algunas vivencias y aprendizaje, que según los estudiantes del Instituto Tecnológico de Monterrey –Campus Laguna- adquirieron durante su experiencia dentro del Servicio Comunitario:
-Al realizar algún tipo de servicio a la comunidad, nace en la persona un sentido de responsabilidad por contribuir y ayudar a quienes más lo necesitan.
-Existe un acercamiento con personas que sin conocerlas, abren las puertas de sus casas y de su corazón.
-Surgen deseos de querer continuar y de seguir haciendo algo por los demás.
-Se adquiere una visión de la realidad que se vive.
-En este tipo de actividades las personas experimentan un sentimiento de solidaridad hacia los demás.
-Para el desarrollo de una comunidad, se requiere de constancia y continuidad.
-Es gratificante hacer algo por los demás y más saber que si les es de ayuda.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón
Otro grupo “servicial”
Griselda Madinabeitia y Elizabeth Becerril, ofrecieron junto a siete compañeros más, también estudiantes del ITESM, un curso de verano en el Voluntariado Bancomer, ubicado en la colonia La Merced.
Dicho centro de atención está manejado por conocidas damas de la Comarca Lagunera, quienes durante todo el año dan apoyo y abren las puertas del voluntariado a los más necesitados.
Cuentan con salones en excelentes condiciones, los cuales son prestados a los alumnos durante el verano para que realicen las dinámicas de trabajo con los participantes.
Durante tres semanas impartieron clases de manualidades, cocina, computación, deportes y divirtieron tanto a chicos y grandes con creativos y originales juegos.
Por su sentido de responsabilidad y de contribuir con aquéllos menos favorecidos, es la razón por la que desean continuar con este proyecto, que desde hace dos años forma parte del servicio social de la institución.
