EL PAÍS
JERUSALÉN.- Un soldado resultó ayer muerto y otro cinco heridos en el transcurso de unos enfrentamientos registrados entre el Ejército israelí y la guerrilla fundamentalista libanesa de Jezbola, en la zona fronteriza del norte de Israel.
El Gobierno de Ariel Sharon ha responsabilizado a Líbano y a Siria de respaldar la agresión de la formación guerrillera integrista y ha amenazado con operaciones de represalia para “proporcionar seguridad” a la población del norte de Israel.
Con la muerte de este soldado, el sargento mayor Dennis Laminov, de 21 años, natural de Bat Yam, culminaba ayer una serie continuada de incidentes entre las tropas hebreas y la guerrilla del Jezbola, en el norte de Israel, en la zona conocida como las Granjas de Chebaa, una zona en litigio, que actualmente está en manos del Ejército de Israel, a pesar de que en mayo de 2000 se retiró de la zona tras 20 años de ocupación.
El soldado israelí murió en el transcurso de una emboscada, registrada a pocos metros en el interior del territorio libanés, donde al parecer se había adentrado una patrulla para tratar de desactivar una serie de explosivos que los fundamentalistas habían colocado en la zona. Durante esta emboscada Jezbola lanzó más de medio centenar de misiles sobre las posiciones israelíes, en represalia por bombardeos que la aviación había efectuado sobre posiciones de la guerrilla y poblados cercanos.
Portavoces de Jezbola acusaban a Israel de provocar una situación de tensión en la zona, para realizar un gran ataque contra el régimen de Damasco, al que acusa de proteger a la dirección de las milicias radicales palestinas. De esta manera los israelíes tratarían de repetir la operación de castigo efectuada el pasado mes de enero, contra bases de entrenamiento de los radicales del Frente Popular para la Liberación de Palestina cerca de Damasco.
Esta vez, según fuentes diplomáticas árabes, el objetivo de la agresión israelí sería justificar un ataque contra los santuarios del movimiento fundamentalista palestino Hamas, en Siria y especialmente contra el máximo líder de la organización integrista en el exterior Jaled Mechaal, sustituto de los dirigentes asesinados en Gaza, el jeque Ahmed Yassin y Abdel Aziz Rantsi. Los servicios de inteligencia israelí en el exterior, Mossad, intentaron ya en 1997 asesinar a Mechaal, en Jordania, inyectándole un veneno en la oreja.
La operación en aquella ocasión pudo ser desarticulada gracias a la intervención personal del rey Hussein que exigió a Israel la entrega de un antídoto y la liberación de varios presos islamistas, a cambio de la liberación de los agentes israelíes detenidos.
Según la prensa árabe, los israelíes volvieron a intentar hace pocos días asesinar a Mechaal, esta vez en Damasco, donde al parecer enviaron a cinco agentes, disfrazados de yemenitas, que fueron capturados por la policía siria, después que lograran infiltrarse en el campo de refugiados de Yarmook, en la capital.
Coincidiendo con esta situación de tensión en el norte de Israel, se desataba una alarma general en torno al cuartel general de Arafat en Ramallah, donde se teme que los israelíes pudieran desencadenar una operación que podría tener como objetivo expulsar al Presidente palestino a Gaza. Para tratar de evitar una operación de estas características, los responsables de seguridad de la Mokata han sembrado de obstáculos, los alrededores del edificio en el que vive Arafat.
