México, (EFE).- La selva Lacandona, en el sureste de México, que fuera la principal aliada de la antigua ciudad maya de Yaxchilán, podría terminar con todos los vestigios arqueológicos existentes si continúa su avance entre las edificaciones.
Los principales enemigos de Yaxchilán, una ciudad milenaria en Chiapas de la que se han rescatado doscientos edificios, son los microorganismos y las plantas, dijo la subdirectora de conservación arqueológica y acabados arquitectónicos del Instituto Nacional del Antropología e Historia (INAH), Dulce María Grimaldi.
Para salvar la zona, investigadores del INAH y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) harán un estudio sobre su deterioro que permitirá establecer un programa de mantenimiento del lugar a largo plazo, porque, dijo, "de otra manera la selva se come nuestro trabajo en un par de años".
La restauradora indicó que cuando los microorganismos y las plantas se incrustan en las edificaciones, rompen o manchan paulatinamente las capas superficiales de la piedra.
Esta acción "representa un gran problema, porque son piedras labradas que tienen información iconográfica milenaria", dijo.
Las edificaciones prehispánicas, que se construyeron en el período clásico (del 250 al 900 DC), conviven con la selva y su fauna, ya que lo mismo se escuchan los gritos de un mono saraguate que se pasea entre las copas de los árboles, que se oye el escándalo de una guacamaya.
Otros de los "vigilantes" de la zona son el cocodrilo, que descansa a la orilla de un río cercano, y el jaguar, que según comenta un custodio de la zona, se acerca por la tarde a las edificaciones de la Gran Acrópolis.
Grimaldi señala que otra de las labores que llevarán a cabo, con 200 mil dólares otorgados por la estadounidense World Monuments Fund es la consolidación de estructuras y la limpieza en la crestería del edificio que lleva el número 33, el más importante de la zona por las esculturas, los dinteles y grabados que conserva.
La restauradora mencionó que en la segunda temporada de campo también se corregirá el desplome de un cerro en el que se asientan los edificios 39, 40 y 41, para evitar su deterioro estructural.
"El cerro ha sufrido modificaciones por los asentamientos y eso ha debilitado las construcciones y en algún momento puede llegar a consecuencias más graves", indicó la arqueóloga.
Grimaldi explicó que los encargados de corregir la estabilidad de los edificios serán ingenieros de la compañía mexicana Geotecnia, quienes hicieron el estudio de mecánica de suelo y determinaron que "irán amarrando el cerro con mallas para corregir el desplome".
Yaxchilán, cuyo nombre significa "piedras verdes", fue decretada Monumento Natural el 21 de agosto de 1992, y tiene una superficie de 2.621 hectáreas en la cual se han liberado hasta el momento sólo 200 edificios prehispánicos, es decir un 15 por ciento de todo lo que abarcó la ciudad.
La zona arqueológica, que prácticamente colinda con la frontera de Guatemala, está integrada por cuatro complejos de edificaciones: la Gran Plaza, la Gran Acrópolis, la Acrópolis Pequeña y la Acrópolis Sur.