AGENCIAS
LONDRES, INGLATERRA.- La agrupación Jaish-e-Muslimen (Ejército Musulmán), que reivindicó el secuestro de tres trabajadores extranjeros de la ONU en Afganistán, amenazó ayer con ejecutarlos si los países a los que pertenecen mantienen su política contra Kabul.
Los tres extranjeros, una mujer con ciudadanía irlandesa y británica, otra de Kosovo y un diplomático filipino, fueron secuestrados el jueves pasado en la primera acción de ese tipo que tiene lugar en Kabul desde que la caída del régimen Talibán en 2001.
?Reclamamos que los países que participan en la invasión de donde provienen estas personas retiren sus tropas de Afganistán y revisen su política con respecto a este país?, dijo el vocero del grupo vinculada con el caído régimen Talibán, Mullah Ishaq Manzoor.
Advirtió, según reportes de la prensa afgana captados en esta capital, que en caso de que no se cumplan las demandas de su grupo, ?no sólo los decapitaremos, sino también los destazaremos como se ha hecho en Irak?.
Señaló que aunque Kosovo y Filipinas no tienen fuerzas armadas desplegadas en Afganistán, sus gobiernos deberían condenar la invasión por parte de otros países.
El grupo también demandó la liberación de todos los afganos encarcelados en la penitenciaria estadounidense de la Bahía de Guantánamo, Cuba, y el fin de la búsqueda de los secuestradores.
Una Coalición militar encabezada por Estados Unidos invadió Afganistán en octubre de 2001 y derrocó al régimen talibán por rehusarse a entregar a Osama bin Laden, dirigente de la red Al Qaeda y presunto responsable de los ataques del 11 de septiembre.
La británico-irlandesa Annetta Flanigan, el diplomático filipino Angelito Nayan y la kosavar Shqipe Habibi, ayudaron a organizar la elección presidencial y fueron secuestrados cuando viajaban en su automóvil de las Naciones Unidas (ONU).
Hasta el momento, siete personas han sido arrestadas bajo sospecha de estar involucrados en el secuestro, pero no se ha establecido vínculo alguno con el incidente, indicó el vocero del Ministerio del Interior de Afganistán, Latfullah Mashal.
El vocero de la comisión electoral afgana, Sultan Ahmad Bahin, sostuvo ayer que el secuestro de los tres integrantes de la ONU no pospondrá el resultado de las históricas elecciones presidenciales realizadas el pasado nueve de octubre.
?El rapto de los trabajadores de Naciones Unidas no provocará ningún retraso en el anuncio de los resultados electorales?, señaló Ahmad Bahin.
Los resultados oficiales de las elecciones se darán a conocer en un par de días y se espera que el actual presidente Hamid Karzai sea declarado el triunfador con un 55 por ciento de los más de ocho millones de votos.
Acto desesperado: Karzai
Por su parte, el presidente de Afganistán, Hamid Karzai, calificóayer el secuestro de los tres empleados de la ONU que trabajaban para la Comisión Electoral afgana de ?acto de desesperación?.
El secuestro el pasado jueves de estos tres trabajadores empañó la proclamación de los resultados oficiales de los primeros comicios presidenciales de la historia de Afganistán, en los que salió victorioso Karzai.
?Es una cosa terrible. No sabemos exactamente quién ha sido, aunque tenemos algunas pistas y se han hecho algunas detenciones?, dijo el Presidente afgano a la prensa después de reunirse en Kabul con el comandante supremo Aliado para Europa, general James L. Jones.
?Definitivamente, en un acto de desesperación de los terroristas, que se sienten fuertemente derrotados por el modo en que los afganos han participado en las elecciones?, añadió Karzai.
El Presidente afgano confió en que ?los trabajadores de la ONU estén sanos y salvos? y aseguró que las autoridades del país están ?trabajando duro para traerlos de regreso?.
La facción talibán denominada Yaish e Muslimin (Ejército de los Musulmanes), que encabeza el mulá Ishaq Manzur, se responsabilizó del secuestro de los tres trabajadores extranjeros de la ONU y aseguró que los había llevado ?a un lugar seguro fuera de Kabul?, según informó una radio local.
Los tres secuestrados son Annetta Flanigan, que tiene doble nacionalidad británica-irlandesa y está casada con un español, Shqipe Habibi, albano kosovar, y Anjelito Nayan, filipino.
Al menos cinco hombres armados, que vestían uniformes militares, detuvieron el coche en el que se desplazaban los trabajadores de la ONU en el barrio de Kartier Parwan, cerca de su oficina de Kabul, golpearon al conductor y los trasladaron a otro vehículo, en el que se los llevaron.
El conductor pudo huir y llegó a la oficina de la ONU, desde donde se dio la alarma para iniciar la búsqueda de los secuestrados y sus captores.