Taipei, (EFE).- Taiwán se enfrenta a una plaga de hormigas rojas que se hizo visible en las afueras de la capital y que podría costar a la isla miles de millones de dólares en pérdidas si no se erradica pronto.
Los medios de comunicación dieron las primeras noticias del invasor el mes pasado, cuando estas hormigas del género Solenopsis comenzaron a devastar cultivos en el norte y centro de la isla.
El insecto es capaz de poner hasta 60 mil huevos y amenaza con devastar la isla en el plazo de tres a cinco años, según los expertos.
Investigadores de la Academia Sínica, el máximo organismo científico de Taiwán, celebraron un simposio en el que estudiaron soluciones a estas hormigas que se cree arribaron hace unos tres años en cargueros procedentes de Latinoamérica.
Los expertos advirtieron que este insecto ataca granjas, jardines, casas solariegas, bosques de bambú, parques urbanos, vías de trenes, equipos eléctricos y electrodomésticos, por los que penetra en las ciudades y hogares.
Los entendidos calcularon que los daños materiales de la invasión alcanzaran en dos décadas los 150 mil millones de dólares locales (4 mil 412 millones de dólares) y el doble dentro de 30 años.
De momento, las únicas víctimas mortales de la marabunta han sido aves de corral, aunque varias decenas de campesinos taiwaneses fueron hospitalizados.
La picadura contiene un veneno de alcaloides que produce en el hombre una hinchazón, seguida por una ampolla purulenta.
"La reacción al veneno suele manifestarse en náusea, vómito, desorientación, vértigo, asma y choque anafiláctico", explicó el director de la Asociación de Medicina Preventiva en Taiwán, Chen Yi-ming, quién afirmó que un cinco por ciento de los afectados por el choque anafiláctico muere.
Al menos un centenar de personas falleció en Estados Unidos en 1984 a causa de estas hormigas endémicas de Suramérica y el sureste de EU.
