Construcción del trazo y del puente Neverías causa daños colaterales no contempladosz.
El Siglo de Durango
“¡En la Secope se burlan de nosotros!”, fue la queja más recurrente de los integrantes de los ejidos 16 de Septiembre y Máximo García (El Pino), afectados con el trazo de la supercarretera a Mazatlán a cargo del Gobierno del Estado, quienes ayer amenazaron con impedir los trabajos de construcción de la rúa si sus demandas no son cumplidas.
En un recorrido que el Ejecutivo estatal hizo por el avance de lo que será la nueva ruta terrestre Durango-Mazatlán, las autoridades gubernamentales se toparon con los ejidatarios inconformes, quienes advirtieron que la empresa encargada de la construcción del trazo y del Puente Neverías está causándole daños colaterales que no fueron contemplados en la indemnización previa al trámite expropiatorio.
Por ello, no solamente promovieron una demanda por incumplimiento de contrato en contra del Gobierno Estatal y específicamente de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas del Estado (Secope) ante el Tribunal Agrario de Durango, sino que, además, amenazaron con parar los trabajos de construcción en la medida que sientan que éstos afectan sus propiedades.
Mientras el titular de Secope, Alfredo Alarcón Villarreal, explicaba a los representantes de los organismos empresariales y de profesionistas, así como a los directores de algunos medios informativos sobre el avance de la supercarretera en lo que respecta al Gobierno local, a unos metros de distancia proliferaban las quejas, los reclamos.
Aunque quiso Wilfredo Salas García, coordinador del Comité de Planeación para el Desarrollo del Estado (Coplade), no pudo escamotear las señales de repudio de los ejidatarios. No logró convencerlos en ese momento de que se podrían encontrar soluciones, pues ellos insistían: “Ya estamos hartos de que nos digan que sí, pero que luego, y que nada pase... vamos a tomar medidas más severas para que nos atiendan”.
Entre las quejas más frecuentes, reiteraron el hecho de que sus parcelas han sido pisoteadas y por ende estropeadas por los vehículos de la constructora encargada de la obra cercana al Puente Neverías, en el ejido Máximo García, mejor conocido como “El Pino”. Lo mismo ocurrió más adelante, dijeron, en el ejido 16 de Septiembre.
A nombre de los manifestantes, quienes hicieron un improvisado plantón de protesta en las casetas usadas para guardar el material de construcción, habló primero Salvador Ricalday Soto, quien dijo ser el representante legal de ambos ejidos afectados con el trazo de la supercarretera.
Explicó que se hicieron convenios para la renta de unas 30 hectáreas de uso común del ejido Máximo García, y de otras 40 hectáreas en el 16 de Septiembre. Sin embargo, aclaró que la Secope y la constructora incumplieron los contratos, pues han afectado más superficie de la acordada (se había permitido hasta 60 metros a los costados del trazo).
“Y si no se cumple lo acordado en el convenio (que se les indemnice también el excedente de afectación), entonces, los ejidos han decidido hoy en la mañana que pararán las entradas a la carretera a partir de este día”, puntualizó.
Los inconformes se quejan de que los puentes para el paso de ganado son pequeños y no permiten el traslado de los animales de un sector a otro de la carpeta asfáltica; tampoco hay vías de acceso para que puedan seguir comunicados los habitantes de la zona que está siendo dividida en dos con el trazo de la rúa; además, 145 pinos han sido derribados y con ello se les prometió una indemnización para hacer letrinas, pero no se ha cumplido este ofrecimiento.
La lista continúa: las explosiones para abrir camino han aventado cantidades importantes de piedra a los sembradíos, con el consecuente daño a los mismos; se ha acumulado mucha basura inorgánica entre los cerros y los llanos causada por los trabajadores de la construcción.
Dicen los ejidatarios que la constructora derribó las cercas alambradas con las que contaba cada uno de los propietarios de tierra para dividir las parcelas, además de que está haciendo muchos caminos o brechas por todas partes, rebasando los 60 metros permitidos en el contrato de arrendamiento previo a la expropiación.
Reynaldo Valdez, miembro del ejido Máximo García, dice que “la Secope se burla de nosotros”, y argumenta que los citaron a una reunión en las oficinas de esta Secretaría, a realizarse el jueves 15 de abril pasado; sin embargo, “nos dejaron de plancha”, denunció.
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Sencilla solución
El actual secretario de Obras Públicas del Estado, Alfredo Alarcón Villarreal dijo que el problema que plantean los ejidatarios de Máximo Gámiz (“El Pino”) y 16 de Septiembre puede tener una sencilla solución.
El funcionario considera que es justificable que se abran brechas y se extienda un poco la afectación de tierras de manera momentánea mientras los trabajos siguen vigentes.
“No, de ninguna manera minimizamos esto. Nosotros queremos estar bien con ellos, porque a final de cuentas, son los dueños de las tierras. Desgraciadamente, en una obra de este tamaño no es fácil controlar los accesos; es muy difícil por la orografía... es decir, por aquí nos vamos, sí, pero, ¿cómo bajamos...? ¡Vaya!”, declaró Alarcón, al ser cuestionado en la misma zona de la inconformidad de los ejidatarios.
Luego de atender a los medios de comunicación, Alfredo Alarcón y el coordinador del Coplade, Wilfredo Salas, se reunieron de manera improvisada con el gobernador Ángel Sergio Guerrero Mier para informarle de la situación y hacerle un bosquejo de la inconformidad de los ejidatarios.
Guerrero Mier escuchó cómo mostraban diferencias de opinión ambos colaboradores de su administración. Instantes después, en medio de la mirada de empresarios, profesionistas y medios de comunicación, solamente dijo: “Sí. Hay que atenderlos. Lo vemos”.
Los funcionarios trataron de seguir dando explicaciones, ya caminando el mandatario, pero no volvió a cruzar palabra con ellos en ese momento. La gira de promoción, para los medios de comunicación, ahí terminó.
