03 de marzo de 2004.
París, (EFE).- Unos 10 mil trabajadores de la empresa francesa de ferrocarriles (SNCF) revisan desde hoy la totalidad de la red ferroviaria, a raíz de la amenaza de un grupo desconocido de detonar unas 10 bombas en las vías si el Estado no paga cuatro millones de dólares y un millón de euros.
La inspección visual de los 32 mil 500 kilómetros de la red ferroviaria debe concluir mañana, jueves, precisó a la prensa el presidente de la SNCF, Louis Gallois.
La SNCF ha adoptado medidas de seguridad correspondientes al nivel de alerta "naranja" del plan antiterrorista Vigipirate, aunque el Gobierno lo mantiene en amarillo, el más bajo.
Además de la inspección visual de las vías, la empresa ha pedido a todos sus empleados, en particular a los conductores de trenes, que estén sumamente atentos.
El misterioso grupo AZF ha advertido por escrito a las autoridades de que tiene colocadas una decena de bombas en las vías férreas, dispuestas a estallar en fechas programadas si el Estado no paga el rescate exigido.
La amenaza es tomada muy en serio por el Gobierno, que dice que no sabe nada sobre el grupo AZF, nombre de la planta petroquímica de Toulouse que estalló en septiembre pasado y causó la muerte de 30 personas.
El presidente de la SNCF señaló que la empresa no ha recibido ninguna petición de rescate, pero que trata "seriamente" el asunto.
"Si tuviéramos la impresión de que la seguridad de los viajeros no estaba asegurada, no haríamos circular los trenes", indicó Gallois, que se reunió con la prensa en la estación de Etampes, a las afueras de París.
Esta estación está situada en la línea de ferrocarril París-Toulouse, que pasa por Limoges (centro de Francia).
Siguiendo las instrucciones del grupo, la policía encontró y neutralizó a unos 30 kilómetros de Limoges un artefacto explosivo colocado en una vía del tren, el pasado día 21.
Por otra parte, según ha trascendido, fracasó la primera operación de entrega del exigido el pasado lunes, debido a un error de localización.