¿Tiene América vocación de continente? ¿Cuál América, la del norte, la del sur, la anglosajona, la latina, la caribeña, la portuguesa, la francesa, la indígena? ¿Cuál es el futuro de las Américas? Hace casi dos siglos Bolívar lanzaba su sueño unificador. Hace un siglo, en 1900, José Enrique Rodó publicaba su Ariel como un llamado a la unidad latinoamericana frente a la bestia utilitaria anglosajona. Hace 56 años se fundaba la OEA y de entonces para acá cumbres van y vienen. Desfile de personalidades, declaraciones inasibles. Motivos para el escepticismo ciudadano hay muchos y sin embargo las desesperanza es aún más inútil que las cumbres.
El corte de caja no es nada halagüeño. Argentina presa de crisis financiera de dimensiones insospechadas. Bolivia sacudida por un insensible y fallido ajuste que conduce a un nuevo Gobierno. Colombia en un esfuerzo permanente por mantener al estado frente a la guerra y el narco. Venezuela gobernada por un déspota constitucional que podría perpetuarse. Perú buscando la luz en un largo túnel de corrupción, degradación y mal Gobierno. Ecuador también con recambio gubernamental intentando nuevos rumbos. Haití víctima de una modalidad de tirano que escapó a la imaginación de Carpentier, Roa Bastos o García Márquez: el misionero dictador. En Nicaragua persiguen ya al ex presidente Alemán por una corrupción de caricatura. Cuba, prisionera de Castro no es tema por permanecer expulsada de la OEA desde hace 40 años. El problema mayor de México y otros países es un crecimiento magro, mediocre, que algunos llaman ya la etapa del “estancamiento estabilizador”. Hacia el norte hay un problema central, un envalentonado presidente estadounidense que en su furia reeleccionista ya acumula un déficit superior a los 500 billones de dólares. ¿Hasta cuando aguantará el dólar y con él nuestras monedas? Y sin embargo, a pesar de todo, América como continente es hoy sin duda un mejor territorio para vivir que hace medio siglo. La mortalidad ha descendido dramáticamente, la salud pública ha mejorado, el analfabetismo ha disminuido sistemáticamente. Los Derechos Humanos empiezan a echar raíces, la pluralidad es hoy incontenible, los pesos y contrapesos institucionales inician su marcha, la democracia avanza. La pregunta central perdura: ¿tenemos de verdad conciencia continental? El mundo ha cambiado vertiginosamente. El cambio toca a todos. Ni la superpotencia está excluida de los severos ajustes que el comercio global trae aparejados.
Hace medio siglo Alemania y Japón caminaban entre cenizas. Hoy son potencias. Hace medio siglo China y Rusia sólo concebían una economía centralmente planificada. India se debatía en guerras intestinas. Brasil era una promesa, como siempre lo ha sido, bastante amorfa. En Europa, dos economistas planteaban la posibilidad de comercio libre en acero y carbón entre tres naciones. Si la retrospectiva es asombrosa la prospectiva lo es más. Europa, incluidos todos los nuevos miembros, no representará más del ocho por ciento de la población mundial. Todo el continente americano el diez por ciento; África el 25 y el resto, alrededor de 55 por ciento es Asia. Ese es el primer retrato, hay más sorpresas. BRIC’s denomina al fenómeno Goldman Sachs. Las piezas son Brasil, Rusia, India y China. Si sus economías siguieran los ritmos esperados para el 2025 su producción en conjunto sería más de la mitad del actual G6. Para el 2050, la misma distancia que nos separa de la fundación de la OEA, sólo EU y Japón pertenecerían a las seis economías más grandes del orbe. Para el 2025 el consumo en dólares de esas economías podría ser del doble del G6. El decrecimiento y envejecimiento poblacional en las naciones industrializadas jugarán inexorablemente su papel. La conclusión de Goldman Sachs es apasionante: para el 2050 las economías más poderosas del orbe tendrán poco que ver con los niveles de bienestar de sus ciudadanos. Por ejemplo para el 2032 la economía de India podría ser más poderosa que la de Japón. Las inversiones en el mundo tendrán que reformular sus estrategias. Simbólico que Levi’s mude sus plantas productoras de los populares jeans nada menos que de EU a China. Las inversiones cambiarán de rumbo. ¿Y el continente americano? Todo indica que la superpotencia para simplemente conservarse como una de las tres primeras economías tendrá que garantizarse nuevos mercados y nuevos territorios para sus capitales. ¿Qué beneficios políticos le trae a EU el fortalecimiento con capitales estadounidenses de la economía Rusa o China? A pesar de todo la vida institucional de América Latina se mira ya muy distante en relación con Derechos Humanos, democracia o incluso corrupción comparada con Rusia o China. Los 550 millones de potenciales consumidores al sur del Río Bravo no son nada despreciables. Pensar en incidir en el bienestar Chino es ilusión. Imaginar en el 2025 al continente americano como un área próspera comparada con Asia, ya no digamos con África, es realista. Por razones de geografía, de complementariedad de las economías, los EU tienen varios socios lógicos hacia el sur.
Dos factores adicionales. Para poder seguir creciendo moderadamente, para mantener los niveles de productividad de su economía, los EU van a continuar necesitando inmigrantes, aunque sólo lo reconozcan públicamente individuos de excepción como Greenspan. En alrededor de tres lustros México, el actual proveedor principal de inmigrantes, dejará de serlo. Los EU tienen frente a ellos un menú limitado: Oriente, África, América Latina o naciones pertenecientes al Islam. ¿Por quién se inclinaría un ciudadano del midwest? Además los latinos, primera minoría, serán un crecientemente poderoso grupo político. Uno más. Felipe González afirma, y no sin razón, que la crisis de seguridad que viven los EU es una gran coyuntura para América Latina. De eso se trata hoy en Monterrey. ¿Podrá la superpotencia dejar atrás su desprecio y ánimo imperial? ¿Podrán los brasileños superar sus rivalidades por momentos también imperiales? ¿Podrá América Latina superar los traumas intervencionistas, enterrar prejuicios, enraizar los derechos individuales, las repúblicas, la democracia, combatir la corrupción y volverse un área sería? Podremos juntos entender el desafío. Más allá de las cumbres están los números. Veremos.
* * * * * Por cuarta vez en su vida y segunda en cuatro meses la Revista Este País ha sido saqueada. ¿Qué hacer? Convocamos a la solidaridad.