La familia González Ruiz ha estado muy ligada a nosotros: don Jorge González de Juambelz, sobrino de don Antonio, teniendo la jefatura de redacción de El Siglo, abrió los espacios para que los clubes de servicio difundiéramos nuestras actividades en las páginas de tan acreditado diario y desde la desaparición física de tan recordado amigo, su esposa doña Beatriz es quien nos ha permitido hacer presencia de nuestros clubes en las páginas del periódico. De ellos sólo hemos recibido apoyo y confianza.
Por eso nos caló muy hondo el deceso de su hijo Jorge, porque tal suceso trajo dolor y amargura a doña Beatriz e hijos, amigos muy estimados. Esa estimación y aprecio se hizo patente con la presencia de multitud de personas que fueron a la capilla ardiente a presentarles sus condolencias, a las que con respeto y cariño sumamos las nuestras.
Días después acompañamos en su pena a nuestros amigos y con socios Jesús y Alberto, por el deceso de su mamá doña Aurora Cabello de Humphrey, acaecido el día doce próximo pasado. Ahí, en la misa celebrada por el padre Escamilla, estuvimos centenares de sus amigos para hacerles presente nuestra solidaridad en tan amargo trance.
?Cada día que muere renace con la aurora, las estrellas se apagan y resplandece el sol. La noche enciende trémula su luz de plata; el día oscila iluso su gran farol de oro. Y tras desfalleciente serenata pájaros y campanas dan su júbilo en coro. Y así se va la vida entre sombras y luz... y tú mortal que estás enmedio, ¿qué haces tú??.
Ya hicieron crónica gráfica y escrita nuestros amigos Ramón Sotomayor y Rocío Rodríguez, de la ceremonia del cambio de mandos en el Club Sembradores de Torreón, en la que tomó la estafeta el consejo directivo que encabeza Rodolfo Castro, por lo que sólo me concreto a platicarte que mi esposa Martha y tu servidor la pasamos muy a gusto en compañía de Horacio y Esperanza Aranda, Adolfo y Alejandra Garza, Jorge y Gabriela Guajardo, quienes gentilmente nos invitaron a su mesa. Una noche espléndida, la verdad.
En varias directivas fungió como secretario Ramón García de la Cruz, que hizo su trabajo con atingencia y empeño, imprimiendo su sello propio, lo que deja un paquete para Armando Martínez que entró al relevo, pues la secretaria de por sí tiene sus bemoles, teniendo como encargo propio la comunicación a los socios de todos los convivios, díganse sesiones comida, celebraciones especiales, como son las que de reglamento se tienen que efectuar para festejar a las mamás, a los papás, los días de la amistad, aniversario de la Revolución Mexicana, la Navidad y el cambio de mesa directiva. Y como si fuera poco, tiene que redactar las actas de las juntas de consejo, llevar el récord de asistencia de socios y mil y un detalles más. Todo un edén.
Y para no dejar pasar efemérides tan grata, cabe recordar que el nueve de septiembre esta columna cumplió doce años de estarse publicando en El Siglo de Torreón. Gracias, muchas gracias, a quienes han hecho posible se haya cumplido un aniversario más.