Parece como si estuviéramos en temporada matrimonial pues si le echas cuentas, a últimas fechas son muchas las parejas de hijos de amigos nuestros, compañeros sembradores de amistad, que han llevado su amor a santificarlo ante el altar de Dios.
Recientemente el viernes 29 de octubre, unieron sus vidas en la Capellanía Resurrección del Señor de Casa Saulo, Elena Saade Facuse y Carlos Barrios Hinojosa, éste hijo de nuestros estimados amigos Rogelio y Lupita Barrios.
Dos semanas después, el trece de noviembre, esto es el sábado pasado, Monseñor José Guadalupe Galván, Excmo. Obispo de la Diócesis de Torreón, impartió su bendición nupcial a Lucía del Carmen Ortega Hernández y Jesús Javier Campos Escobedo. Ambos contrayentes, hijos de viejos amigos nuestros: Paco y Lucía Ortega y Chuy y Alma Rosa Campos y de remate, Lucía, nieta de Héctor y Socorrito Hernández.
Comienza la historia como esposos de dos almas que habrán de santificarse mutuamente y alcanzar por medio del matrimonio cumbres elevadas de la vida espiritual.
En camino para llegar al sitio en donde habría de celebrarse tan fausto acontecimiento, elucubrada sobre todas las vicisitudes por las que ha de pasar una pareja para llegar a integrarse plenamente como esposos y como padres de familia con todas las responsabilidades y todas las satisfacciones que ese estado significa.
Y a mi mente llegaron los nombres de amigos nuestros que han llevado su amor, venciendo todos los avatares, hasta el cumplimiento de sus bodas de oro. ¡Cincuenta años de unión matrimonial!
Mis consuegros Manuel Covarrubias y María Luisa del Peral; Emilio Herrera y Elvira Arce; José Abdo y Laura Valencia; Salvador Álvarez y Elena Cruz; Luis Amarante y Ana María Leal; Sergio Berlanga y Bertha Espinoza; Aristeo Cantú y Concepción Brito; Emilio de la Garza e Imelda Volpe; Cosme González y Consuelo Iriarte; Manuel González y Carmen Dueñes; Jesús Humphrey y Amanda Hoyos; Francisco Ledesma y Martha Torreblanca; Jesús Martínez y Laura Morales; Ignacio Obeso y Griselda García, Salvador Valencia y Genoveva Garza; José G. Villarreal y Alicia Zambrano; Mario Villarreal y Aída de la Garza; Roberto Villarreal y María del Rosario Maíz y algunos otros que están por alcanzar esa cumbre.
El matrimonio es en esencia una comunidad de amor, la más íntima de todas las que la vida nos presenta y por la cual los esposos se consagran uno al otro. Esta vida de los dos en uno reviste una grandeza sagrada. El matrimonio es realmente un sacramento, un canal de la Gracia, un providencial camino de perfección.
Que tiene dificultades el matrimonio, sí, pero todas se solucionan por medio del amor.
