Con esos amigos, Andrés Manuel López Obrador no necesita enemigos. Apenas estaban configurándose los contornos y los efectos de la exhibición de Gustavo Ponce como adicto al juego y su remoción de la secretaría de Finanzas del Gobierno capitalino (tras de la cual huyó), cuando otro hombre cercano al jefe de Gobierno quedó evidenciado como irregular receptor de dinero para la campaña electoral del año pasado: El diputado local René Bejarano, líder de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal y ex secretario particular de López Obrador recibió cientos de miles de dólares, en efectivo, del empresario Carlos Ahumada.
La entrega del dinero fue registrada y dos videos sobre el caso fueron presentados ayer temprano por el diputado federal panista Federico Doring en el informativo El Mañanero, conducido por el payaso Brozo. Simultáneamente, casualmente, en otro canal de Televisa Bejarano era entrevistado por Adela Micha y Leonardo Kourchenko, en la emisión En contraste. De modo que al salir, pasó al estudio donde se hallaba Brozo y llanamente admitió haber recibido de Ahumada varias cantidades de dinero, tal como se aprecia en los videos inmediatamente antes conocidos.
Bejarano dijo más. Informó, por una parte, que las aportaciones de Ahumada se destinaron a la campaña de la ahora jefa delegacional de Álvaro Obregón, Leticia Robles, lo que ella desmintió de modo categórico poco después. En el diálogo entre Bejarano y Ahumada se hace vaga alusión a algún trámite que debía realizarse en o en torno a la Contraloría, cuya titular Berta Luján es referida allí como renuente a caminar en la dirección indicada.
Aunque en uno de los videos se menciona la cantidad de 45 mil dólares, en el contexto de las conversaciones queda claro que fueron recibidos de manos del empresario entre seis y ocho millones de pesos. Se hace referencia a un pendiente de Ahumada con alguna instancia gubernamental. Éste pide, “por favorcísimo que sí nos veamos esta semana”. Bejarano asiente. Y Ahumada añade: “Y los dos. Digo, yo..., como tú has visto, yo sigo en lo mismo, en todo. Pero nada más sí necesito certidumbre, es lo único”. Bejarano pregunta a Ahumada si ha vuelto a hablar con Berta (Luján, la contralora del D.F.). El empresario responde que no, no ha vuelto a hablar con ella. Y confiesa: “Voy a ser franco: por ahí no está la solución”.
Esperaremos a saber de qué se trata. Hoy Ahumada ratificará ante el ministerio público federal una denuncia de hechos presentada el 20 de febrero pasado sobre extorsión y cohecho atribuidos a funcionarios del Gobierno capitalino. Quizá algo de lo sugerido en el video se aclare con su denuncia, que podría también convertirse en respuesta a la implicación de Ahumada en otro episodio de corrupción surgido en el seno del Gobierno de la ciudad de México.
Se trata de un absurdo e inaceptable latrocinio. Seis empresas recibieron el 20 de enero pagos por poco más de treinta y un millones de pesos, por obras que no realizaron (ni podrían efectuar, seguramente, porque se pretextan labores de desazolve que no se compadecen por lo menos con la denominación de una de esas empresas: Centro decorativo Nicte-ha) y, de inmediato, de consuno las seis empresas depositan la mayor parte de esa suma (29 millones de pesos) en la cuenta de Pagoza Urbanizadores y Constructores, cuyo administrador único Antonio Martínez Ocampo y su hermano Héctor son socios de Ahumada.
Se recuperaron ya diez millones, devueltos por dos empresas. Tres funcionarios del área de Finanzas (dos delegacionales y otro de la administración central) que autorizaron los pagos, están prófugos. Fueron detenidos, en cambio, gerentes de dos de las empresas involucradas. Uno de ellos, sobre cuyos nexos políticos hay que volver, es Luis Rey Ángeles Carrillo. Su empresa se llama Arquitectura y Construcciones Pachoacan (nombre indígena de Pachuca) y tiene domicilio precisamente en la capital de Hidalgo.
Ángeles Carrillo está ligado al poder político en esa entidad: Fue líder de la Federación estudiantil hidalguense (dominada por la Sosa nostra), asistente del gobernador Jesús Murillo Karam y hasta hace poco representante en el Distrito Federal del Gobierno encabezado por el flamante (y gastalón) precandidato presidencial Manuel Ángel Núñez Soto.
Después de aceptar que recibió dinero de Ahumada, Bejarano pidió licencia en su puesto de diputado local, lo que implica un reajuste del mando en la Asamblea Legislativa. El ex secretario particular de López Obrador no queda en riesgo de sanción penal, porque la licencia no hace perder el fuero, del que tendría que desposeerlo la Cámara federal. Pero su derrota política personal y la de la Izquierda Democrática, la corriente que encabeza, será difícilmente reversible, tanto más cuanto tendrá que explicar el destino de las cantidades que recibió de Ahumada, que con toda evidencia hizo grabar los momentos delicados de su relación pecuniaria con Bejarano y ahora lo ha hundido (aunque él no saldrá políticamente indemne).
Casualmente también, porque lo hace cada tres meses y ayer correspondía su turno, López Obrador acudió al Monitor de Info Red, a conversar con José Gutiérrez Vivó. Fue para el jefe de Gobierno una oportuna ocasión para deslindarse de sus ex colaboradores ahora en entredicho, Ponce y Bejarano. Esa conversación fue, de hecho, la última presentación de Gutiérrez Vivó en las frecuencias de 1110 AM y 88.1. Ahora sus monitores se escuchan en 1320 y 1560 AM. Veremos por qué.