EFE
WASHINGTON, EU.- El presidente de EU, George W. Bush, que apuesta buena parte de sus esperanzas de reelección en base a los logros de su lucha antiterrorista, firmó ayer tres medidas para agilizar la reforma de los servicios de espionaje.
Éstas autorizan la ampliación de los poderes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), la creación del cargo de director Nacional de Inteligencia y el establecimiento de un Centro Nacional Antiterrorista.
La firma de las tres órdenes ejecutivas ofrece a Bush, tres días antes del inicio de la Convención Republicana en Nueva York, la oportunidad de remachar el mensaje de que es “un hombre de acción”, según indicaron fuentes de la sede presidencial y analistas.
El portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, declaró a los periodistas que los tres decretos “mejorarán nuestra capacidad para encontrar, rastrear y frenar a los terroristas”.
Así, el director interino de la CIA, John McLaughlin, hará las veces del nuevo director Nacional de Inteligencia (DNI) hasta que el Congreso de EU apruebe la creación de ese puesto.
Según McClellan, este nombramiento temporal es necesario “para que tengamos en marcha una estructura interina” mientras se ultiman los detalles de la eventual reforma de los servicios de inteligencia.
También se pondrá en marcha un nuevo centro antiterrorista, cuyo director sería nombrado por el mismo DNI, que supervisaría todos los asuntos judiciales, diplomáticos, financieros y de espionaje.
Además, exige que las 15 agencias de espionaje de Estados Unidos mejoren la colaboración intergubernamental en lo que se refiere al rastreo de terroristas.
El candidato demócrata a la vicepresidencia, John Edwards, consideró que los decretos presidenciales “se quedan cortos” porque no basta con aumentar el poder del director de la CIA, e insistió en que Bush “ha necesitado tres años tras los atentados del 11-S” para reconocer que los servicios de inteligencia necesitan una reforma.
Bush decidió poner en marcha esas medidas con la intención de adoptar la mayoría de las 41 recomendaciones que presentó el mes pasado la Comisión nacional que investigó los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Varios comités del Congreso de EU han celebrado más de una veintena de audiencias durante su receso estival para elaborar un proyecto de Ley que incorpore las recomendaciones para la reforma de los servicios de espionaje y evitar más atentados.
Aunque los legisladores en ambas cámaras del Congreso y funcionarios de alto rango del Gobierno coinciden en la urgencia de reformar los servicios de inteligencia, hay poco consenso sobre la rapidez con que debe efectuarse.
Uno de los asuntos más espinosos en este debate ha sido cuánto poder se le concederá al nuevo director Nacional de Inteligencia, particularmente el control del personal y presupuesto de las distintas agencias de inteligencia.
El jueves, tras una sesión a puerta cerrada, la senadora republicana y presidenta del Comité de Asuntos Gubernamentales, Susan Collins, dijo que apoya que el nuevo DNI tenga autoridad presupuestaria.
Su colega demócrata Joseph Lieberman consideró que el puesto del DNI no puede ser un simple adorno en la burocracia federal, por lo que es importante que pueda tomar decisiones sobre los gastos de las 15 agencias que tendrá a su cargo.
Ambos senadores tienen previsto presentar un proyecto de Ley ante el pleno del Senado para finales de septiembre, con la esperanza de lograr su aprobación antes de las elecciones presidenciales y legislativas del próximo dos de noviembre.
El Pentágono, que controla aproximadamente el 80 por ciento del presupuesto de los servicios de inteligencia, ha aconsejado cautela en torno a las discutidas reformas.
El objetivo del Gobierno es que las medidas de Bush aceleren la labor de los legisladores, que de todas maneras continuarán elaborando sendos proyectos de Ley de reforma cuando regresen en septiembre de su receso estival.
