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MÉXICO, DF.- No les gusta besarse frente a las cámaras y tampoco se cantan al oído en la intimidad, pero Ana Belén y Víctor Manuel son una pareja que derrocha amor y pasión sobre el escenario, frente a un público que no se cansa de ellos y que seguramente abarrotará el teatro Metropolitan tres y cuatro de diciembre.
En entrevista exclusiva, Ana y Víctor Manuel hablan de su relación, profesional y personal: "No, en verdad que no acostumbramos cantarnos al oído. Es más, yo casi no canto cuando estoy abajo del escenario; en cambio, Ana lo hace hasta donde no debe, como en la calle y en el centro comercial", dice él.
Sonriente, ella añade que "Víctor sólo canta en las reuniones con los amigos. Aunque a decir verdad, el que se roba el show es Joaquín Sabina, que agarra la guitarra y no la suelta. Además, el muy perro -dice con cariño- se sabe todas las canciones, las de José Alfredo Jiménez por ejemplo, o muchos tangos".
Su casa es un lugar abierto para la bohemia, en la que coinciden gente como Sabina, como Joan Manuel Serrat o Miguel Ríos, "así que charlamos, comemos mucho, bebemos unos tragos y terminamos cantando... bueno, cuando nos deja hacerlo Joaquín (Sabina)", ríen a la par.
Visiblemente cansados, con "mucha hambre" porque se ha pasado la hora de la comida, Ana y Víctor se esfuerzan en mantener el rostro amable. Aún así están felices de regresar a México, "porque hace tres años que no veníamos y en verdad que este público se extraña porque es muy cálido, bastante expresivo".
Aunque el fotógrafo les pide un beso para la foto, quien protesta es Víctor Manuel: "No, nunca lo hacemos en público".
Entonces se le ofrece la opción de que le entregue un alcatraz a su esposa y también se niega: "Por favor, ya estoy grande para estas cosas".
Sobre su fructífera trayectoria, que ha visto pasar modas y varias generaciones, coinciden en que "no hay fórmulas para mantenerse vigente. Lo que hacemos es ofrecer una propuesta hecha con amor, pero sobre todo con rigor y profesionalismo.
Además, el público se da cuenta de que no hay mentiras en nuestra propuesta, ya sea como solistas o en pareja".
Finalmente, aceptan que si bien tienen un repertorio amplio, en el que destacan algunos éxitos, hay una canción que no sólo es ya un clásico de la música española sino que "ha sido una bendición. La Puerta de Alcalá es un regalo maravilloso que recibimos, porque no sólo triunfó en España, sino que trascendió en países en los que no imaginábamos, como México. Esa canción tuvo un éxito que felizmente nos desbordó, al grado de que la gente la hizo suya y luego se realizaron muchas versiones, hasta en salsa".