EL SIGLO DE TORREÓN
Gómez Palacio, Dgo.- La prohibición de bañarse en las aguas de los canales de la ciudad se está analizando por el Cabildo. ?No es la solución al problema?, señala Armando Castillo González, médico forense de la Subprocuraduría de Justicia y agrega: ?La gente debe hacerse responsable, entender la magnitud del peligro que enfrenta?.
En el presente año, 11 personas fallecieron ahogadas, la mayoría en el Canal de Sacramento o sus ramificaciones. La incidencia llama la atención de las autoridades. En el Ayuntamiento proponen incluir en el Bando de Policía y Buen Gobierno, como falta administrativa, el bañarse en los canales.
?Qué va a pasar, ¿a poco van a meter a la cárcel a los que entren al canal?, ¿también van a detener a los niños??, cuestiona el galeno con más de 30 años de experiencia en medicina forense.
Para el legista es preocupante, el año pasado se registraron 19 muertes. ?Todos los que se bañan en las aguas del río Nazas corren el riesgo de morir ahogadas. No es cuestión de habilidad, sino de la alteración que sufre el cuerpo y propicia la asfixia por sumersión?, explica Armando Castillo.
La muerte de cuatro personas en el presente mes puede utilizarse para advertir a la ciudadanía sobre los riesgos de acudir al canal. Un padre y su hijo murieron cuando se ?refrescaban?. Dos hermanos también fallecieron cuando iban a lavar su auto.
El miércoles 19 de mayo, un menor de 12 años estuvo a punto de ahogarse en el Canal de Sacramento. La intervención de un agente de Tránsito y de tres elementos de la Policía Preventiva evitó una tragedia más.
Según Armando Castillo, Raymundo, La Canasta, Las Piedras, la represa San Fernando y el kilómetro 11-40, son los puntos donde con mayor frecuencia se presentan los trágicos incidentes que inician en un día de campo o en el deseo de ?refrescarse? de algunas personas de escasos recursos que gustan del ?agua del canal?.
El 85 por ciento de las víctimas se encontraba bajo los influjos del alcohol, es una constante en los casos de personas que perecen ahogadas durante la temporada de riego: ?La mayoría se encuentra en estado de ebriedad?.
Las estadísticas del Servicio Médico Forense de la Subprocuraduría de Justicia del Estado de Durango, indican que durante 2003, fueron 19 las personas que perdieron la vida, de las cuales sólo una era mujer.
En las cifras sobre las defunciones de 2003, Castillo González muestra que desde los 20 a los 24 años se presentan algunas muertes y la cifra aumenta en el rango de los 25 a los 29 años.
Durante 2004, se ha detectado el rango de víctimas de cuatro a 15 años y de 16 a 24 años. Al final se detecta que son muy jóvenes las ?víctimas? del río Nazas.
Alteración del cuerpo
La temperatura promedio del cuerpo humano se encuentra en los 37 grados centígrados. El agua del río aproximadamente a diez grados centígrados. ?Cualquiera que entra de repente al agua corre el riesgo de sufrir una contracción muscular?, afirma Armando Castillo.
Auxiliándose del Manual de Medicina Legal de Alfonso Quiroz Cuarón, el galeno explica que bajo el agua, se detienen los movimientos respiratorios de la persona para impedir su penetración en el árbol pulmonar.
Al limitado paro respiratorio sigue la fase de diseña, por la irritación de los centros respiratorios debido a la penetración del agua, misma que sobre la laringe provoca breves aspiraciones, el aire es expulsado a sacudidas. Al cesar la tos, el sujeto pierde la conciencia y el líquido entra por inspiración a los pulmones.
Antes del desenlace, viene una fase de convulsiones asfícticas, que pueden faltar en la muerte por inhibición. Por último surge la parálisis, hay una pausa respiratoria preterminal, seguida de un movimiento de profunda inspiración y el cuerpo se encoge. ?Por eso son las recomendaciones tan sencillas de evitar meterse al agua después de consumir alimentos o bajo el influjo del alcohol?, concluye Castillo González.