EL PAÍS
WASHINGTON, EU.- George W. Bush no puede resistir más la presión, especialmente tras el testimonio del ex inspector David Kay sobre la ausencia de armas en Irak.
El presidente anunció ayer el nombramiento de “una comisión independiente, con los dos partidos”, para revisar los errores cometidos. Después de esta rectificación, el objetivo de la Casa Blanca es doble: orientar los trabajos de la comisión hacia la labor de los servicios secretos y las amenazas del terrorismo y la proliferación de armas y garantizar que sus conclusiones sean posteriores al dos de noviembre, la fecha de las elecciones.
La comisión, dijo el Presidente, deberá “analizar en qué situación estamos y qué podemos hacer mejor en la lucha contra el terrorismo”. Además, “necesitamos revisar en un contexto más amplio la guerra contra la proliferación de armas de destrucción masiva”. De esta forma, Bush intenta diluir las responsabilidades políticas en los argumentos y las decisiones tomadas para ir la guerra y buscar un contexto más favorable: el de las incertidumbres que rodean a los arsenales de Irán y Corea del Norte y el de la amenaza de Al Qaeda y otros grupos terroristas sin Estado.
En el centro de los debates estará también un asunto que supera a esta Administración: el papel de la Agencia Central de Investigaciones (CIA, por sus siglas en inglés), el de su director, George Tenet, y la posibilidad de una reorganización del espionaje.
La comisión será nombrada después de que el presidente se entreviste con David Kay -“aprecio sus servicios”, dijo ayer Bush-, el hombre que dirigió durante seis meses, el pasado año, la búsqueda de las armas en Irak y que el pasado miércoles dijo en el Senado que “estábamos equivocados en casi todo” con respecto a los arsenales.
Bush justificó ayer sus decisiones, a pesar de la admisión -no explícita- del error de valoración cometido con el argumento principal para ir a la guerra: “Lo que sabemos es que Saddam tenía la intención y la capacidad de causar grandes daños. Sabemos que era un peligro. Un peligro no sólo para los ciudadanos del mundo libre, sino para su propia gente: encarceló y mató a miles de inocentes”. “Lo que no sabemos aún es (la comparación entre) lo que pensábamos y lo que ha encontrado el Grupo de Investigación de Irak (de Kay)”; la comisión se pone en pie, añadió, “porque quiero conocer todos los datos”.
Ni fechas ni composición
Bush no habló de fechas ni de la composición de la comisión, tareas en las que está volcado el vicepresidente, Dick Cheney, y no contestó a la pregunta de si no creía que EU merece una explicación antes del dos de noviembre. Fuentes de la Casa Blanca sugieren que la comisión podría conocerse en 48 horas y que quizá se inspire en la que investigó el asesinato de Kennedy.
Esto encaja con los planes de que ni esta investigación ni la que hay en curso sobre los errores de seguridad cometidos antes del 11-S alteren el intento de reelección del Presidente.
Frente a ello estarán las denuncias de los demócratas en la precampaña electoral y en el Congreso, en donde, en todo caso, están en minoría en ambas Cámaras. El senador Jon Corzine ya ha advertido que la investigación debe incluir “si ha habido falseamientos o exageraciones de los datos” y que “no se puede perder de vista la imagen global: hay estadounidenses luchando y muriendo en Irak debido a lo que el Gobierno nos dijo basado en la información del espionaje”.