TORREÓN, COAH.- El municipio, en su momento, podría gestionar ante las instancias correspondientes para que la situación del equipo Santos Laguna se defina, dice el alcalde Guillermo Anaya, pero deja en claro que es un ámbito que no compete a las autoridades, sino a la Federación Mexicana de Futbol y al propio Carlos Ahumada.
En caso de que se presente un problema mayor que ponga en juego la estabilidad del conjunto albiverde y si la afición lagunera le solicita gestionar ante empresas de la localidad para rescatarlo, expresa que “por supuesto lo haré encantado”, pero luego de que se arregle el problema de Carlos Ahumada.
Anaya comenta que está convencido de que cuando Ahumada resuelva su situación jurídica o cualquiera de las empresas de esta ciudad -que ya son patrocinadoras del Club Santos-, en un momento dado, rescatarán al equipo porque existe buena voluntad.
En ese sentido hay que esperar la decisión de la Federación y del propio Carlos Ahumada, añade, para luego manifestar que hay certidumbre y el Club Santos seguirá siendo de la Comarca Lagunera, dado que es “el equipo de todos”.
Al tiempo que se declara deportista, hace notar su confianza de que el conflicto que vive el equipo lagunero llegará a un buen término: “Estoy convencido que se va a solucionar para bien de la afición, si no es a través de Ahumada, será por algunas de las empresas laguneras, pero con certeza creo que el equipo se quedará aquí”.
Lamenta que una situación meramente política se mezcle con lo deportivo, pues manifiesta que fue una mala decisión de la FMF dado que existen otros equipos, como Jaguares que no tienen filiación y siguen jugando.
Expone que eso pudo ser el caso del equipo Santos Laguna, “aquí debió haber sido una resolución suspensiva, donde no dieran la negativa mientras tanto no haya una resolución judicial y que todavía no la hay, creo que se precipitó la Federación”.
Considera que el administrador que fue nombrado por la Federación hará un buen papel, además, piensa que los jugadores están más tranquilos y trabajando con certidumbre.
Aseguran nuestra pasión
Previo al encuentro entre Santos Laguna y el Real San Luis, la afición hacía su arribo de manera tranquila, sin algarabía ni la euforia de otras tardes históricas. Eran cuerpos que se movían en las afueras del Estadio Corona, en busca de su propio lugar, tanto en la tribuna como en esta nueva realidad de los Guerreros.
Esta situación también afectó a los vendedores de lonches, gorras, banderas, boletos y aguas, testigos ciegos de las hazañas en el campo, pero saben de los sentimientos que cada aficionado albiverde experimenta.
Todos coincidieron en señalar que los aficionados no llegaron a la cita acostumbrada después de lo sucedido en la semana. Sabían que la venta sería floja, sin embargo el ambiente no era festivo, al contrario, parecía como si la pasión también fue asegurada con las acciones de Carlos Ahumada.
Las dudas flotan en el aire y cualquiera lo puede ver, desde la señora que vende semillas a cinco pesos la bolsa, el de los lonches de carnitas de 15 y de diez, hasta el pequeño nieto de la vendedora de souvenirs, que no decide cuál dulce le puede aplacar su amargura; mientras en el inicio del encuentro el ambiente en las tribunas no se levanta, hasta que en la primera llegada del Santos los aletargados aficionados guerreros irrumpe con su alarido.