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Anaya se deslinda

YOLANDA RÍOS RODRÍGUEZ

EL SIGLO DE TORREÓN

Interviene la policía en estricto apoyo a la Secretaría de Obras Públicas.

TORREÓN, COAH.- Ya sea en forma positiva o negativa, pero es Obras Públicas del Estado quien debe darles solución a las inconformidades de los vecinos de las colonias colindantes con el puente Cuauhtémoc y que se oponen al cierre de algunos accesos, dice Guillermo Anaya.

Al deslindarse en lo que hace a la inconformidad de los ciudadanos que habitan colonias como Eduardo Guerra, Vicente Guerrero, Braulio Fernández entre otras, Guillermo Anaya dice que elementos policíacos intervinieron la mañana del pasado viernes en el desalojo de un centenar de ciudadanos, “porque estaban bloqueando las vías de comunicación”.

Es claro al decir que se actúo en estricto apoyo a Obras Públicas del Estado, porque solicitó la ayuda en este sentido y después de considerar que se agotó el diálogo con los vecinos y en el que participo también su representante, Faustino de los Santos.

Anteriormente en lo que había participado el Municipio fue en conseguirles audiencias a los ciudada-nos con el Gobierno del Estado, en innumerables ocasiones se les atendió a los quejosos y se les explicó que la administración municipal no puede cambiar un proyecto y se les remitió a Obras Públicas del Estado.

Anaya Llamas refiere pues que la inconformidad del grupo de ciudadanos a quienes se les retiró el bloqueo data de meses atrás y con ellos “en todo momento se privilegió el diálogo, pero es claro que nosotros no podemos darle solución en lo que ellos están inconformes”.

No sé qué solución técnica pudiera dárseles a estas personas o si existe alguna posibilidad de modificar el proyecto, ya que atañe al Gobierno del Estado.

El puente Cuauhtémoc aún no es entregado al Municipio, forma parte del proyecto original del bulevar Laguna y en su construcción participan recursos tanto del Gobierno del Estado como del Gobierno Municipal vía Impuesto Sobre Nóminas, (ISN).

El ejecutor de estas obras ha sido el Gobierno del Estado a través de Obras Públicas, quien requirió el auxilio de la fuerza pública el viernes y más tarde, al solicitarle información a su titular, Jorge Viesca, respecto a la solución técnica que se daría a esta inconformidad ciudadana, no informó nada y sólo se concretó a decir que estaba en una junta.

Anaya Llamas explica que: “cuando nosotros llegamos a este Gobierno en 2003 el proyecto global del bulevar Laguna con todos sus puentes elevados ya estaba aprobado y en marcha, nosotros no hicimos ninguna propuesta técnica ni del diseño”.

Al margen de eso y la responsabilidad que atañe al Gobierno del Estado, el Presidente Municipal señala que “mi única obligación es preservar el orden público en el municipio que gobierno”.

Y añade que no se permitirá la anarquía, “lo mejor es platicar, las veces que sea necesario, pero sin incurrir en actos violentos sobre los que no hay opción más que aplicar la fuerza pública.

Política “del garrote”

Guillermo Anaya niega que en su administración se esté aplicando la política “del garrote”, dice que sí hay sensibilidad social pero la lectura es clara: no se permitirá más la anarquía, el trastocar el orden público y mucho menos bloquear las vías de comunicación como medida de presión hacia la autoridad.

Asegura que en todos los casos donde ha tenido que utilizar la fuerza pública, se ha privilegiado antes el diálogo, sobre todo en lo que respecta a las legítimas demandas ciudadanas.

El Presidente Municipal estuvo el pasado viernes fuera de la ciudad. Precisamente ese día, en horas de la mañana, se efectuó un desalojo violento de un grupo de habitantes de las colonias del sur de la ciudad, colindantes con el puente Cuauhtémoc, que se manifestó porque no aceptan que se les cierre el paso por los laterales del paso elevado.

Ese día y pese al diálogo que se dio, ni los vecinos de las colonias Braulio Fernández, Vicente Guerrero y algunos de la Eduardo Guerra, aceptaron explicación ni las alternativas de solución que les dieron, no hubo conciliación y ante la orden de levantar el bloqueo, estalló la violencia.

A este respecto, el Alcalde niega que su Gobierno sea represivo o que no admita las expresiones ciudadanas de protesta y dice que es todo lo contrario.

Sin embargo, deja en claro que los problemas sociales no se arreglan destruyendo las obras públicas, haciendo bloqueos o insultando a las autoridades.

Alega que no es tolerante con algunos grupos como los transportistas en la aplicación de esta regla y con todos ha sido parejo en dejarles claro que nadie puede estar por encima de la Ley.

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