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GUADALAJARA, JAL.- El maleficio con el que carga el Atlas desde hace 53 años aún no puede romperse, por lo que al equipo rojinegro se le conoce como el cuadro del ya merito.
El equipo, dirigido por Sergio Bueno, tuvo grandes momentos que hicieron que la "Fiel" pensara en que el Torneo Apertura 2004 sería el que podría darle a la escuadra el primer campeonato en torneos cortos, pero ¡ya merito! lo lograban, de no ser porque Pumas se les atravesó en el camino.
En la tabla general, los Zorros se ubicaron en el cuarto lugar con 31 puntos, mientras que en el Grupo Dos fueron sublíderes, sólo por debajo del Toluca.
El clásico tapatío tuvo momentos cumbres para los Rojinegros, pues en las tres ocasiones en que se enfrentaron Atlas y Chivas, el primero logró dos empates y una victoria, suficientes para dejar fuera de la fiesta grande a sus archirrivales.
Un equipo ordenado, sin grandes figuras, pero con un buen trabajo de conjunto, fue lo que determinó que Atlas tuviese un buen torneo y en el atacante brasileño Robert de Pinho encontró la contundencia, pues marcó 12 tantos que le valieron ser el tercer mejor romperredes.
También el delantero Carlos María Morales contribuyó al desempeño de su equipo con siete anotaciones.
Por su parte, el portero Antonio Pérez se constituyó como pieza clave tanto del equipo como de la identidad de los aficionados atlistas al ser el único jugador del plantel que actuó los 17 partidos.
Sin goleadas a favor ni en contra, Atlas se constituyó como serio rival para la fiesta grande, pero enfrente le tocó jugar con un puma herido en el orgullo, pues cuando ambas escuadras se enfrentaron en la jornada ocho, los Zorros sacaron su astucia para ganarle 3-1 al equipo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Se volvieron a ver las caras en la semifinal y ahí Pumas se creció, derrotándolos en ambos encuentros para echar por tierra las aspiraciones de un equipo que ¡ya merito! se quitaba la maldición de 53 años de vitrinas vacías.