Pekín, (EFE).- La red de ferrocarriles de China, una de las mayores del mundo, está colapsada estos días debido a los 120 millones de personas -un chino de cada 10- que viajan en las vacaciones del Año Nuevo Lunar, como reconocieron las autoridades de Transporte.
"Harían falta casi 10.000 trenes extra estos días, pero sólo disponemos de unos 4.500", aseguraron hoy fuentes del Ministerio de Ferrocarriles chino, que admitieron que los millones de viajeros que se esperan estos días "tendrán que desplazarse en vagones completamente llenos".
La Fiesta de Primavera o Año Nuevo chino, que este año cae el 22 de enero y marcará el inicio del Año del Mono en el calendario oriental, es una fecha que aprovechan estudiantes y emigrantes para volver a ver a sus familias, lo que causa uno de los mayores movimientos de población del planeta.
Estos días, prácticamente todas las familias chinas tienen un pariente que viaja en tren, en muchas ocasiones en trayectos que duran entre 20 y 30 horas y que muchos viajeros, por falta de dinero o billetes, pasan sentados en asientos de madera o incluso en el suelo del vagón.
La mayoría viajan en la categoría "asiento duro" y sólo los más afortunados, los que pueden gastarse un poco más de dinero o los que tienen amistades en el Ministerio de Ferrocarriles pueden viajar en primera y segunda clase, que en China se denominan "cama blanda" y "cama dura" respectivamente.
Se calcula que en enero y febrero habrá 2.000 millones de desplazamientos por tierra, mar y aire en el interior de China, especialmente en tren, el medio más económico.
Sólo en Pekín se estima que más de cinco millones de personas, más de la tercera parte de la población de la capital, dejarán la ciudad entre el 7 de enero y mediados de febrero, un periodo en el que se han establecido medidas especiales de seguridad en previsión de un aumento de robos y timos en las estaciones ferroviarias.
En los 37.000 trenes chinos que circulan por los 70.000 kilómetros de líneas férreas del país viajarán diariamente unos 4 millones de pasajeros, cifra que podría ser incluso mayor en los días previos y posteriores al Año Nuevo.
Este año, en muchas estaciones de ferrocarril chinas se toma la temperatura de los viajeros antes de embarcar, en busca de posibles síntomas de neumonía atípica (SRAG) y con el fin de intentar evitar un rebrote de la epidemia que el año pasado causó la muerte de 350 personas en el país.
Las medidas sanitarias son más estrictas en Pekín, la ciudad que resultó más afectada por el virus, y en Cantón, origen de la enfermedad y donde este invierno se han registrado ya al menos dos casos.
