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CRAWFORD, Texas.- Con la oferta de posibles cambios en las políticas de inmigración de Estados Unidos y con lobina fresca que él mismo pescó, el presidente estadounidense George W. Bush recibió a su colega mexicano Vicente Fox.
Al momento que Fox salió del helicóptero que lo trajo hasta la hacienda de Bush, el Mandatario estadounidense subió a la pista del helipuerto y dio una bienvenida calurosa a su colega.
“¡El Presidente!”, exclamó Bush en español. A continuación levantó la mano de Fox y saludó a su esposa, Martha Sahagún, con un beso en cada mejilla. Fox respondió con un “¡Hola!”.
La visita de dos días del Mandatario mexicano marca un esfuerzo para mejorar las relaciones entre ambos países después de un período de distanciamiento.
Al tener eso en mente, algunos asesores de la Casa Blanca también incluyeron la posibilidad de poder alcanzar un avance en asunto importante para el Mandatario mexicano: el tema migratorio.
Se cree que la seguridad fronteriza y la inmigración figurarán entre los principales temas de discusión.
La demorada visita de dos años a la hacienda de Bush tiene como propósito suavizar las tensas relaciones entre los dos vecinos de América del Norte. Sin embargo, se cree que los avances serán escasos en torno a inmigración, seguridad, pago por deudas de provisión de agua y otros temas.
Bush y su esposa, Laura, tradicionalmente son anfitriones de una cena íntima los viernes por la noche.
El presidente estadounidense generalmente lleva a sus invitados a recorrer sus desfiladeros favoritos y los arroyuelos que hay en su propiedad, de 647 hectáreas. También hay reuniones, seguidas por una presentación conjunta, ante periodistas y luego un almuerzo. Después el líder invitado suele partir.
Al tope de la agenda de Fox figura presionar para que Bush continúe con su propuesta de dar visas temporales a indocumentados, la mayoría procedente de México, y que tiene un empleo en Estados Unidos, o la promesa de uno.
La propuesta de Bush ha generado críticas en sectores conservadores de su partido, el Republicano. Varios expertos han indicado que es muy difícil que el Congreso, controlado por los republicanos, apruebe la propuesta este año.
Aun así, la Casa Blanca insiste en que la propuesta sigue siendo una prioridad.
Fox también quiere que los agentes fronterizos estadounidense traten a los visitantes mexicanos de la misma manera que a los canadienses. En la actualidad, los mexicanos deben tener una visa para trabajar o para visitar Estados Unidos. Las restricciones a los canadienses son mucho menores.
Bush y Fox también proyectan examinar formas de aumentar la seguridad a lo largo de la frontera sin demorar el tráfico y el comercio.
Otros temas que se espera figuren en la agenda de trabajo de ambos gobernantes son el de la deuda de México con Estados Unidos por el uso de agua y el de la pena de muerte.