Se mantienen "inalterables" las tasas de cambio y están "garantizados" los fondos depositados en los bancos, asegura Gobierno.
11 de mayo 2004.
La Habana, (EFE).- Las drásticas medidas anunciadas por el Gobierno cubano en respuesta al endurecimiento de la política de EU contra el régimen de Fidel Castro han sido acogidas con incertidumbre entre la población y con críticas entre la disidencia.
La Habana respondió anoche a las "brutales y crueles" medidas adoptadas recientemente por Estados Unidos, encaminadas a "estrangular" el desarrollo del país, según reza un comunicado oficial en el que se anunció una subida de precios en los productos a la venta en divisas y del combustible.
Washington adoptó la pasada semana medidas encaminadas a acelerar un cambio político en la isla que contemplaban, entre otras, reducir las visitas familiares y limitar la cantidad de dinero que pueden gastar los cubano-americanos en la isla, aunque mantuvo el límite máximo de las remesas, fijado en mil 200 dólares al año.
En respuesta, el Gobierno cubano ha ordenado suspender, hasta nuevo aviso, las ventas en las tiendas que ofertan productos en divisas, excepto alimentos y artículos de aseo e higiene personal.
"La brutalidad de las medidas adoptadas por el Gobierno de Estados Unidos elevará lamentablemente los precios de las cadenas de tiendas que ofertan sus productos en divisas convertibles y en los centros de expendio de combustible", informó la nota oficial.
Por lo demás, el Gobierno cubano aseguró que se mantienen "inalterables" las tasas de cambio y que están "absolutamente garantizados" los fondos depositados en los bancos.
En materia de inversiones, se dará "prioridad total a las de más rápida amortización y mayores beneficios inmediatos", mientras se buscará incrementar la producción de níquel, cobalto y la búsqueda de petróleo y gas hasta lograr "auto-abastecimiento".
En esta situación, "la esfera política alcanza su máxima importancia" y "la tarea fundamental es continuar perfeccionando las tácticas, los métodos y los principios de la guerra de todo el pueblo y seguir elevando la conciencia revolucionaria, patriótica y socialista del pueblo".
"Nos esperan días de trabajo y sacrificio, pero también de gloria y de victorias para nuestras patria", concluyó el comunicado.
La reacción entre la población no se hizo esperar y cientos de cubanos acudieron en la noche del lunes a las gasolineras de La Habana para llenar los depósitos de sus vehículos antes de que se materialice la subida, cuya cuantía todavía no ha sido fijada.
Muchos también abarrotaron las tiendas de venta en dólares para abastecerse ante el temor de que los establecimientos no abran hoy.
Según algunos analistas, el mercado no quedará desabastecido de la noche a la mañana, aunque los precios subirán de inmediato.
"La respuesta de Cuba es un paso más en la confrontación que mantienen La Habana y Washington, pero hay más de golpe de efecto que sustancia", dijo un experto economista.
Algunos diplomáticos, por el contrario, consideraron que el paso dado por La Habana añade tensión a la situación del país y pronosticaron "tiempos difíciles" en lo que consideraron un "retroceso" para la isla.
El anuncio ha causado también inquietud entre algunos miembros de la disidencia, que consideran que es posible un endurecimiento de la política interna y una mayor represión.
"Es una estrategia para endurecer la política interna y justificar cualquier situación de mayor represión en Cuba", señaló Miriam Leiva, esposa del economista Oscar Espinosa -condenado a 20 años de cárcel-, que criticó también las medidas anunciadas la pasada semana por Washington.
Para Elizardo Sánchez, que encabeza una ilegal Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, el Gobierno de Castro está utilizando "un principio del judo: usar el impulso del contrario en su propio beneficio".