18 de febrero de 2004.
BURLINGTON, Vermont, EU. (AP).- Howard Dean abandonó el miércoles su campaña por la candidatura presidencial del Partido Demócrata, forzado a aceptar la realidad de 17 derrotas consecutivas en elecciones primarias.
Sin embargo, el ex gobernador de Vermont prometió que mantendrá viva su campaña por lograr cambios en la política estadounidense, y que apoyará al abanderado de su partido.
Por ahora, Dean no ha dicho si respaldará a alguno de sus dos rivales: el senador de Massachusetts John Kerry o el senador de Carolina del Norte John Edwards. Dean llamó a ambos para notificarles de su decisión.
"Ya no estaré activamente buscando la presidencia", declaró Dean ante un grupo de entusiastas seguidores. "Pero seguiremos construyendo una nueva organización usando nuestra enorme red de activistas de base a fin de continuar la campaña por transformar al Partido Demócrata y al país".
A comienzos de la campaña, Dean, ex gobernador de Vermont, saltó a la cabeza de la lista de precandidatos demócratas gracias a sus acérrimas críticas contra la guerra en Irak y otras políticas del gobierno de George W. Bush, y gracias a un ejército de seguidores y activistas, en su mayoría jóvenes, que se organizaban y recaudaban dinero a través de la internet. Al final, Dean no ganó un solo estado en 17 contiendas.
Dean sale de la contienda con el convencimiento de que su nombre será recordado en los anales de la política estadounidense por haber impuesto una nueva marca de recaudación en el Partido Demócrata con 41 millones de dólares recaudados en un solo año, y por un fogoso discurso pronunciado la noche de los comicios vecinales de Iowa que fue objeto de numerosas parodias en la televisión y en las páginas cibernéticas de sus críticos.
El ex gobernador fue primero un candidato con escasas posibilidades, que gracias a la internet logró recaudaciones insospechadas y atrajo a millares de partidarios a mediados del año pasado, que lo colocaron al frente del abarrotado pelotón de aspirantes a la candidatura presidencial demócrata.
Su nombre aparecía a la cabeza de los sondeos nacionales y el candidato parecía a punto de ganar la postulación sin el menor contratiempo, con victorias de punta a punta.
Los historiadores serán los encargados de emitir el juicio definitivo acerca de esta figura política, pero Dean y sus seguidores están convencidos de que ellos, más que nadie, definieron el debate demócrata por sus firmes críticas al presidente Bush, a la guerra de Irak y a los demócratas que ayudaron a Bush a obtener la aprobación del Congreso para sus planes.
Nada podría disuadir a los 640 mil partidarios que se sumaron a su campaña a través de una página electrónica y que contribuyeron 41 millones de dólares el año pasado y millones más este año a una campaña que ya desde antes del revés de Iowa ya estaba dando traspiés.
Y luego las 16 contiendas consecutivas que siguieron a las comisiones vecinales de Iowa sellaron con sus resultados la suerte del precandidato.