EL PAÍS
BUENOS AIRES, ARGENTINA.- Tras su negativa a ratificar el Protocolo de Kyoto, pese a que Estados, Unidos, (EU), lo había firmado en 1998, la Administración de George W, Bush puso en marcha un programa propio alternativo para incentivar la contención de emisiones de gases de efecto invernadero en su país.
A ese plan se ciñe el representante de Washington en la cumbre mundial del clima de Buenos Aires. Pero al traducir los objetivos de ese programa a los parámetros del protocolo, el resultado es que EU habrá aumentado sus emisiones de gases de efecto invernadero entre un 16 por ciento y un 26 por ciento en 2012 respecto a sus niveles de 1990, según explicó ayer a este diario Harlan Watson, representante de EU en la cumbre del clima.
Estados Unidos es responsable del 25 por ciento de las emisiones mundiales. En el tratado de Kyoto, este país figura con un compromiso de reducción de un siete por ciento, y actualmente su crecimiento es del 14 por ciento.
?El crecimiento económico del país es primordial para nosotros?, ha dicho Watson. Los grupos ecologistas y muchos expertos destacan la oposición que la postura de la Administración de Bush suscita en el país norteamericano, con varios estados, como California, poniendo en marcha medidas que se aproximan al Protocolo de Kyoto.
Un artículo del hasta hace poco secretario de Estado de Energía estadounidense Spencer Abrahams, publicado en julio pasado en la revista Science y distribuido en esta cumbre, empieza por recordar que, ?como firmante de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, EU comparte con muchos países su objetivo final: la estabilización de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera a un nivel que evite la interferencia peligrosa con el sistema climático?.
Efectivamente, para llegar a alcanzar ese objetivo surgió el Protocolo de Kyoto, rechazado por Bush en su primer mandato presidencial y que nadie sueña con que acepte en este segundo. El programa propio estadounidense pretende que la intensidad de sus emisiones de gases de efecto invernadero se reduzca un 18 por ciento en 2012, según recordó Harlan Watson, representante de EU en la cumbre del clima de Buenos Aires, con medidas voluntariamente asumidas por la industria e incentivos para las tecnologías más limpias.
La intensidad mide la cantidad de emisiones por unidad de Producto Interno Bruto, (PIB), mientras que la contabilidad del Protocolo de Kyoto se hace en volumen real de emisiones, por lo que hay que hacer una traducción de un parámetro a otro para poder comparar el efecto del plan de Bush con los objetivos de Kyoto y los países dispuestos a cumplirlo, como la Unión Europea, (UE) y Japón.
El Protocolo de Kyoto establece una reducción de emisiones para los países desarrollados de un 5.2 por ciento de media entre 2008 y 2012, con un siete por ciento específico para EU, un seis por ciento para Japón y un ocho por ciento para la UE.
Las críticas de la red de grupos ecologistas estadounidenses no se han hecho esperar en esta cumbre y van rebatiendo punto por punto los argumentos del plan estadounidense. Según sus cálculos, el incremento de emisiones de su país será de un 32 por ciento en 2012 respecto a 1990.