El dueño del Santos está en una prisión donde afirman se aísla a disidentes.
LA HABANA, Cuba.- El nuevo alojamiento habanero de Carlos Ahumada Kurtz poco tiene qué ver con la confortable casa del barrio de Nuevo Vedado donde se hospedó durante tres semanas, antes de ser detenido el pasado 30 de marzo en la capital cubana.
Mientras tanto, ayer la PGR informó que el Gobierno de México presentó ante el Ministerio de Justicia de la República de Cuba cuatro solicitudes de asistencia jurídica relacionadas con el empresario Carlos Ahumada, arrestado en la isla por la solicitud de detención provisional con fines de extradición promovida el 31 de marzo por el Gobierno mexicano.
De acuerdo con las solicitudes de asistencia jurídica presentadas ante las autoridades de Cuba, una de las peticiones para interrogar al dueño del Grupo Quart proviene de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) y las otras tres provienen de diferentes áreas de la dependencia federal.
Al mismo tiempo continuaba el debate entre el jefe de Gobierno del DF, Andrés Manuel López Obrador y el subprocurador José Luis Santiago Vasconcelos acerca de un eventual llamado a declarar al tabasqueño por parte de la PGR
Villa Marista, situada en el barrio de La Víbora, al sudeste de la ciudad, es considerada la “cárcel política” de Cuba por muchos opositores al Gobierno de Fidel Castro. No en vano, las oficinas centrales de la Dirección de Seguridad del Estado se ubican en las instalaciones de ese centro penitenciario.
Para hacerse una idea de dónde está ingresado el propietario del Grupo Quart (al que México demanda por un delito de fraude genérico), baste decir que es el centro al que van a parar los disidentes cubanos para ser sometidos a interrogatorios. Otro huésped de excepción de Villa Marista fue el opositor cubano Elizardo Sánchez, que encabeza una ilegal Comisión de Derechos Humanos. Sánchez visitó por vez primera Villa Marista en 1972 (la prisión se inauguró en 1963, después de que Castro confiscara los terrenos pertenecientes a los Hermanos Maristas).
Pero fue en 1986 cuando pasó más tiempo entre sus muros: diez meses por ofrecer una conferencia de prensa en La Habana oponiéndose al sistema castrista.
Sánchez describió el paradero final de Ahumada en Cuba: “Es nuestra Lubianka tropical, el cuartel de la policía política. Hay un edificio principal de entre 80 y 100 celdas y otras edificaciones de oficinas. La nave principal tiene 68 celdas repartidas en dos pisos. Cada celda tiene dos metros de ancho por tres de fondo. Están diseñadas dentro de la mejor tradición del KGB soviético: ventilación mínima, temperatura alta, un pequeño ventanuco que abre el guardia del pasillo y una puerta forrada con una plancha de acero que cierra como si fuera la puerta de una caja fuerte”.
Según el relato de Elizardo Sánchez, las celdas tienen cuatro literas y cuentan con una letrina rústica, “un pequeño agujero”.
En el muro, un tubo hace las veces de regadera. “Cerca del agujero hay agua para descargar cuando se efectúan las necesidades fisiológicas y junto a esa salida de agua. Pero si Carlos Ahumada ha tenido más suerte, quizá duerma en las denominadas “celdas especiales”, más grandes que el resto, con cama individual y un retrete en condiciones.