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Aprovechada/Estrictamente personal

Raymundo Riva Palacio

La gran coyuntura tlaxcalteca le abrió las puertas de par en par a la primera dama, Marta Sahagún, para renovar su campaña de promoción política por todo el país. Mucho más tardaron los órganos electorales en darle la razón a Maricarmen Ramírez, esposa del gobernador de Tlaxcala para que pueda competir para sucederlo inmediatamente después de que termine su mandato, que la señora Marta congratularla, congratularse indirectamente y convocar a un debate nacional sobre si ello es ético o no.

La respuesta de ella se da por descontado. La esposa del presidente Vicente Fox piensa que su acción es éticamente política. Raro hubiera sido, por supuesto, que dijera lo contrario, pues iría contra sensu. La señora Sahagún, como ninguna otra primera dama en la historia mexicana, utilizó los recursos del erario para sus fines particulares y promovió con el dinero de los contribuyentes una fundación privada, Vamos México, que le servía de caja de resonancia para construir una plataforma política.

Este lunes dijo que de cualquier manera no piensa aspirar a la Presidencia, pero sus omisiones son más fuertes que sus afirmaciones. Sus aspiraciones políticas están planteadas en otro nivel. Desde hace un buen tiempo forjó una alianza estratégica con el secretario de Gobernación Santiago Creel donde, según personas que saben del tema, se dividieron el pastel: Creel para Presidente y Marta para jefa de Gobierno del Distrito Federal; ambos en 2006. Y en el caso que algo se atravesara para la capital, una senaduría sería su futuro.

La pareja no es una dupla endeble. Estudiosos de opinión pública sostienen que pese a las críticas en la prensa escrita, Creel es el aspirante panista que lleva una carrera más sólida hacia Los Pinos. Cuando lo ponen a competir contra Roberto Madrazo, del PRI, la tendencia ascendente de Creel les permite anticipar que lo derrotaría en una competencia presidencial y cuando lo enfrentan con el puntero en las encuestas, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, sigue en segundo lugar siempre y cuando no se le coloque a éste dentro de la fórmula del PRD, pues al vincularlo al partido, Creel le toma más de diez puntos de ventaja.

Es decir, si las tendencias electorales se mantienen sin alteración durante los siguientes dos años, ellos serán los principales candidatos a la Presidencia y Creel, probablemente, ganaría la elección. Si se le une la señora Sahagún, las condiciones electorales pueden, inclusive, mejorarlas. Todas las encuestas que medían la popularidad de la primera dama hasta antes de anunciar que no contendría por la Presidencia que dejará vacante su esposo, la colocaban en segundo lugar, debajo de López Obrador, pero muy por encima del tercer aspirante, que era Madrazo y del cuarto que era Creel. Desde entonces, la carrera se ha venido cerrando. La señora no tiene el respaldo dentro del partido para buscar una candidatura presidencial, pero su imagen no sería mal vista si busca contender por la gubernatura capitalina, en donde tiene su último registro electoral, con lo cual satisface los requerimientos legales para aspirar al cargo.

Los estudiosos de opinión pública ven en Marta Sahagún una candidata fuerte para el Distrito Federal y la zona metropolitana de la ciudad de México, donde cuenta con muy buena popularidad. Consideran que si se lanzara por esa posición sería la única, dentro del PAN, que le podía arrebatar posiciones al perredismo en toda la región metropolitana donde la influencia de López Obrador se ha ido extendiendo inclusive en zonas que anteriormente eran priistas y panistas. Vaya paradoja, entonces, para la dirigencia del PRD.

Los líderes perredistas, Leonel Godoy su presidente, y Carlos Navarrete su secretario general, son los responsables directos que la señora Ramírez construyera su candidatura a la gubernatura de Tlaxcala y de esa forma, los llevara a la profunda contradicción de anular su crítica a la señora Sahagún de utilizar recursos políticos de su esposo e indirectamente del erario público. Eso, ya grave en sí mismo, lo lleva al segundo nivel de su problema, que es el haber abierto el cerrojo que había mantenido guardada a la primera dama por cuanto a sus aspiraciones político-electorales y que los colocará en una situación delicada, inexistente, para sus aspiraciones sobre el control de la zona metropolitana en 2006.

Su incapacidad por contener a Maricarmen Ramírez en Tlaxcala, derivada de su poco talento político para haberla persuadido hace tiempo de no participar en forma consecutiva al Gobierno de su esposo, Alfonso Sánchez Anaya, le dio la coartada perfecta a la señora Sahagún para reiniciar sus actividades proselitistas. En medio de este torbellino tlaxcalteca, la esposa del presidente Fox inició una campaña televisiva a nivel nacional para promover la Guía de Padres, que es un manual educativo para los padres de familia que trabajó junto a la dirigente del magisterio oficial, Elba Esther Gordillo, detonando nuevamente la ambición de Sahagún.

No parece que esta cascada de ilegitimidad política y conflicto de interés se agotará en esas dos mujeres harto ambiciosas. El gobernador de Nayarit, cuya esposa ha expresado deseos similares, se anticipó a señalar, a 11 meses del proceso, que él no detendrá a su esposa si desea contender por la gubernatura. En Chiapas, una comunidad indígena propuso como candidata del PRI a la presidencia municipal a la esposa del actual presidente municipal. Esta tendencia dibuja la probabilidad de situaciones análogas en los próximos meses.

Este no es un patrón ejemplar sino preocupante que tendría que ser atacado por los partidos. La señora Ramírez aprovechó los huecos legales en los estatutos del PRD para salirse legalmente con la suya, pues no contemplaban, como en ninguno de los demás, que pudiera aspirar al mismo puesto de elección popular alguien con parentesco cercano. En la administración pública existen los candados para evitar el conflicto de interés, mas no en la política, donde el sentido común se imponía ante la afrenta del poder hereditario.

Si no se reforman los estatutos para evitar la repetición de esta contradicción, se distorsionarán los procesos electorales, donde los intangibles que tienen los recursos políticos y económicos del gobernante en turno estarán siempre bajo la sospecha de apoyo a su cónyuge, regresando la duda sobre los resultados. Es decir, con la máscara de la equidad en la apertura democrática, regresaremos un década el avance electoral.

rriva@eluniversal.com.mx r_rivapalacio@yahoo.com

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